Por Francesc Viñas Rexach
Director de Oncolliga
Barcelona, febrero 2013
Foto: www.oncolliga.cat
Uno de cada dos hombres y una de cada dos mujeres desarrollarán un cáncer a lo largo de la vida, señalan los informes sobre la incidencia, la mortalidad, la supervivencia y las proyecciones de futuro del cáncer. Una enfermedad que no sólo afecta la salud de la persona, sino que incide en sus relaciones familiares, laborales y sociales, y condiciona enormemente su bienestar. Por eso hay muchas personas con cáncer que necesitan una atención psicosocial que las ayude a encontrar recursos emocionales, afectivos, sociales para enfrentar la enfermedad con el máximo bienestar posible.
Como cada año el 4 de febrero se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer, promovido por la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de contribuir a la mejora del conocimiento sobre la enfermedad, especialmente sobre su prevención. En la edición de ese año la campaña está orientada a desmontar los mitos y las concepciones erróneas sobre la enfermedad.
Con el eslogan «El cáncer-¿Sabías qué?», se presentan cuatro de los mitos más extendidos. En primer lugar, sobre el mito de que «el cáncer es un problema de salud», es preciso recordar que no es sólo una cuestión de salud, ya que tiene importantes implicaciones sociales y económicas. En segundo término, ante el mito de que «el cáncer es una enfermedad de países ricos y de gente mayor» hay que tener presente que el cáncer no discrimina, y que se trata de una epidemia mundial que afecta a todas las edades y tiene una gran afectación en los países en vías de desarrollo. En tercer lugar, ante la idea que «el cáncer es una sentencia de muerte», es conveniente saber que, gracias a los avances de la medicina, muchos cánceres que antes eran mortales ahora se pueden curar. Y en cuarto lugar, sobre el mito que «el cáncer es mi destino», hay que tener presente que con las estrategias adecuadas, más de un tercio de los casos de cáncer se pueden prevenir.
El cáncer es una enfermedad que impacta fuertemente en la vida de las personas y plantea importantes retos. Para afrontarlos, a menudo necesitamos ayuda para reestructurar todo aquello que la enfermedad desbarajusta, no tan sólo en la salud, sino también en nuestro bienestar general y en el sentido de nuestra existencia.
Muchas personas colaboran para ayudar a otros a «convivir con el cáncer». Los investigadores posibilitan la creación de tratamientos más específicos, eficaces y menos agresivos, a la vez que avanzan en el conocimiento de las causas de la enfermedad, para que en el futuro deje de ser una causa importante de mortalidad. Los profesionales de la salud destacan en la atención clínica de los enfermos y diagnostican la enfermedad cada vez más precozmente y la tratan cada vez con más eficacia. Finalmente, los psico-oncólogos, trabajadores sociales y familiares, con la colaboración de personas voluntarias realizan –desde diversas organizaciones– una valiosa tarea de soporte emocional, afectivo y social que mejora el bienestar de la persona con cáncer y de su familia.