Por Àngels Roura Massaneda
Colaboradora del Ámbito María Corral
Barcelona, enero 2012
Foto: Polizone
Al pensar qué me sugiere introducir coaching en las aulas, me vienen cantidad de imágenes en las que los alumnos se sienten valorados, apreciados por su forma de actuar, por sus habilidades, sus capacidades y su personalidad. En estas imágenes hay profesores felices, contentos consigo mismos porque se encuentran en un buen estado personal y están contentos con la profesión –que han elegido de manera vocacional– y con el objetivo que persiguen en su trabajo.
Hablando de objetivo. ¿Qué objetivo se plantea cada profesor/a antes de entrar en el aula? O mejor dicho: ¿Qué objetivo se marca cuando sale de casa dirección al centro educativo? ¿Hay objetivo definido?
Ir tan ocupado pensando en programaciones, competencias, reuniones, sesiones de evaluación… no es la mejor manera de afrontar el reto de estar cada día rodeado de niños/jóvenes que no son otra cosa que las flores del jardín que dentro de poco se transformarán en los adultos que decidirán la orientación de este mundo tan cambiante.
Para mí, coaching en las aulas es ir a buscar en cada niño/adolescente aquello genuino, aquello que lo hace especial y decírselo. Hacérselo notar. Es apostar por el capital que lleva dentro y que sólo aflora si se siente observado y tratado con amor. Sólo desde el amor (respeto, escucha, validación), uno es capaz de soltarse y crecer. Crecer en el mejor de los sentidos: ser la mejor persona que uno puede ser.
Para soltarse y ser uno tal y como es, hace falta el respeto y la admiración de los otros (en este caso, los profesores). Mi «pasión» para incluir coaching en las aulas no tiene otro motor que el ver brillar los ojos de los alumnos cuando perciben que las observaciones que les hacemos los profesores son hechas desde la confianza en ellos, el respeto y la admiración por el potencial que llevan y que ellos –todavía, en parte– desconocen.
Me pregunto si la introducción del coaching en las aulas es una cuestión de innovación metodológica /pedagógica o es, en el fondo, el retorno a la esencia de la educación.