Por Alina J. Bello Dotel
Colaboradora del Ámbito María Corral
Santo Domingo, R. Dominicana, octubre 2011
Foto: J. Montesinos
El impacto de las redes sociales en la vida del mundo está dando a los investigadores del fenómeno social nuevas tierras por las cuales conquistar vastos campos de conocimiento.
El llamado «Fenómeno Egipto» evidencia que las redes sociales están generando una nueva forma, no sólo de comunicarse, sino también de ejercer la ciudadanía y el reconocimiento en el mundo global. No es de extrañar, por tanto, que a ese primer fenómeno, siguieran réplicas en Argelia, Libia y muchos otros países, como tampoco debe mover a sorpresa que las redes sociales sean el nuevo campo de batalla de las luchas ideológicas.
La juventud en todas partes del planeta comparte los mismos ideales de libertad, igualdad, reconocimiento y respeto a su condición de jóvenes, de ahí que exista un caldo de cultivo común para sintonizar y asumir nuevas cruzadas, esta vez sin necesidad de trasladarse de continente. Ahora navegan por el mar del ciberespacio en potentes carabelas impulsadas por el viento de Internet, agrupadas en la flota de las redes sociales y protegidos por la virtualidad.
Este campo de batallas y conquistas no está –como no lo ha estado ningún campo de batalla– libre de espías, piratas y manipulaciones de los grupos de poder que luchan por el control social, pero tiene la ventaja que desde él, muchos pueden expresar su punto de vista sin temor a la censura, la represión o la discriminación.
Las redes sociales se constituyen así en una nueva forma de ejercer la ciudadanía, frente a Estados cada vez más irresponsables de su rol de guardianes del equilibrio social. A través de las redes sociales los individuos que conforman los diversos estamentos de la sociedad pueden expresarse y demandar el cumplimiento de las cláusulas del contrato social entre el Estado y los ciudadanos. También pueden ejercer presión para cambiar el curso de acciones encaminadas a debilitar la participación ciudadana, en beneficio de determinados grupos políticos y económicos.
El ejercicio de la ciudadanía en el mundo global pasa por las redes sociales, de ahí que aquellos que deseen expresar su opinión, vender sus ideas, darse a conocer y hasta alcanzar el liderazgo en cualquier ámbito en que se desempeñen, tendrán necesariamente que entrar en contacto con las redes sociales.
Asimismo, el ejercicio de la militancia en las redes sociales puede generar un entorno de sensibilización a los problemas globales, haciendo de sus usuarios seres más concientes de la realidad planetaria y más respetuosos y tolerantes de las diferencias. Esto sin negar que también puede llevar a desarrollar un sentido de la prudencia y un respeto por las normas establecidas para la convivencia armoniosa dentro de las mismas redes.
Creemos seriamente que las redes sociales son espacios de comunicación donde se puede generar un diálogo respetuoso sobre las situaciones que afectan a todo el mundo y en especial a los más vulnerables. Aprovechemos pues este espacio que nos abre la postmodernidad, para construir una verdadera ciudadanía global, participativa y participante, que ayude a crear un mejor mundo para la convivencia de todos.