Por Ramón Santacana
Profesor de ciencias económicas y empresariales
Taiwán, abril 2015
Foto: asombrosdiarios
Hace cosa de un año me contaron un chiste que trataba de un señor que decía que su esposa no se atrevía a tomar el metro. Ante lo extraño de la situación la gente le preguntaba el motivo. Al final la respuesta era que como no sabía usar las redes sociales, se avergonzaba de estar en el vagón parada sin hacer nada, mientras todo el mundo alrededor estaba tan ocupado con sus móviles.
No sé si hoy en día ese chiste produciría el mismo efecto, o siquiera si sería verosímil. Parece que ya estamos acostumbrados. En los vagones del metro, sentados en una cafetería, en comidas familiares, cruzando la calle, en la cola del banco, pasando el control de un aeropuerto… El móvil y su uso se han hecho omnipresentes. Y parece que ello ocurre en todo el mundo.
En efecto según el estudio Digital, Social and Mobile in 2015 publicado por la agencia We Are Social, a finales del año 2014 se cruzó el umbral del 50% de población mundial usuaria del móvil. Por su parte se espera que los aparatos móviles empujen el acceso a internet (que en enero del 2015 era del 42%) más allá del 50% de la población mundial en algún momento de la segunda mitad de 2016.[1]
Así pues las investigaciones más exhaustivas nos confirman lo que intuitivamente ya íbamos viendo. Estamos en plena explosión de la movilidad digital y de la interconectividad. A la progresión con que van las cosas, posiblemente en pocos años más el número de personas con móvil y con acceso móvil a internet cubrirá ya la gran mayoría de habitantes del planeta.
Para los educadores, uno de los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos es la dependencia del móvil por parte de los alumnos en las aulas y en tiempo de clase. Tentados estamos muchas veces de prohibir el uso del móvil en el aula, pero algún sentido de la prudencia nos hace aplazar esta decisión. Recuerdo algunos titulares de periódico, sobre profesores despedidos por prohibir el móvil en clase. Quise hacer una pequeña investigación en la web sobre el móvil en el aula y me encontré con varios casos de maestros que levantaron la polémica, unos que fueron despedidos, otros que tuvieron que pedir perdón u otros que fueron agredidos; incluso se puede acceder a algún vídeo en que se ve como el docente pierde los nervios, arrebata el móvil a un absorto alumno y lo destroza en el suelo para después continuar con sus explicaciones de clase.[2] Parece que el hecho de grabar lo que pasa dentro de la clase para luego subirlo a internet también se va extendiendo y se pueden ver colgadas en la red todo tipo de situaciones dentro de la clase.
Por supuesto, también se puede encontrar artículos académicos muy bien elaborados sobre la conveniencia o no de prohibir el móvil en las aulas, analizando en que circunstancias hay que permitirlo o prohibirlo, lo que demuestra que el tema ya está maduro para el debate y la investigación.
Confieso que lo que más me ha sorprendido es una noticia procedente de Nueva York, sobre que el nuevo alcalde Bill de Blasio se apresuró en enero pasado a decir que anulaba la normativa que prohibía llevar móviles a las escuelas.[3]
Parece ser que tuvo que ceder a la presión de los padres que se sentían más seguros si podían llamar a sus hijos en diversos momentos del día para saber si estaban. La prohibición establecida por el alcalde anterior se hizo aduciendo situaciones, como la copia en los exámenes, robos o concentraciones para actos de violencia. Pequeños negocios que guardaban los móviles en las puertas de las escuelas por un dólar al día ya se han terminado.
En efecto, el móvil con acceso a internet está para quedarse, ya no se puede renunciar a él. La tentación de prohibirlo en el aula ya quedó atrás. El reto ahora es lograr un buen aprovechamiento de esta herramienta que tiene infinitas posibilidades para el desarrollo humano y la educación.
Recuerdo situaciones en clase con jóvenes adultos, en las que cuando a lo mejor se me ocurre poner algún ejemplo, cuyos datos en ese momento no recuerdo muy bien… antes incluso de terminar de explicar ese ejemplo, algún estudiante ya lo ha consultado en internet y me facilita los datos exactos. No se trata ya solamente de regular el uso del móvil sino de adaptar la manera de educar, a esta nueva realidad.
El futuro ya está aquí.
[1]El informe se puede acceder en: http://wearesocial.net/blog/2015/01/digital-social-mobile-worldwide-2015/
[2]Accedido en https://www.youtube.com/watch?v=ABBb8_CyVqM
[3]Visto en https://es-us.noticias.yahoo.com/ny-planea-anular-prohibici-n-celulares-en-escuelas-000541822.html