Internet y la tecnología digital son los grandes conectores de nuestro tiempo. Se llaman así porque usan un lenguaje de dos dígitos (0 y 1) que posibilita el intercambio de información en todas sus formas: textos, fotos, animación, audio, datos… Estos contenidos, hasta hace unos veinticinco años, estaban separados entre sí y no podían interactuar desde sus soportes: cinta magnetofónica, película, papel… Hoy, con el lenguaje digital, viajan desde millones de smartphones, ordenadores, aviones, coches, cámaras de vigilancia, puertas, trenes, satélites… y dialogan entre sí en un auténtico ecosistema complejo y variado.
Para dar fluidez a este mundo comunicativo, las empresas proveedoras de telefonía se han volcado con la conexión alámbrica e inalámbrica, y ganan dinero ofreciendo la posibilidad de ese intercambio a través de tecnologías como la banda ancha, fibra óptica, wifi y la anunciada LiFi, conexión a través de la luz LED, que será aún más rápida.
Los ordenadores personales, las tabletas y los móviles son claves en este ecosistema comunicativo. La portabilidad y el «conectados siempre y en cualquier parte», sitúan el smartphone por encima de la comida y del descanso en la preferencia de muchos ciudadanos. Está influyendo también de manera decisiva en nuestra actividad mental y comportamiento, cambiando por completo la forma de comunicarnos. Se le ha llegado a llamar «exocerebro». Según el portal estadístico Statista, en 2017 más de un tercio de la totalidad de la población mundial tendrá un smartphone, cuando en 2011 solo lo tenía un 10%. El smartphone puede convertirse en poco tiempo en el nexo de la mayoría de los seres humanos y el medio para pagar los gastos diarios.
Este panorama tecnológico marca también la manera de cómo se crea, se busca y comparte la información. Cualquier persona en cualquier lugar puede ser fuente de noticias y generar opinión, en el llamado «periodismo ciudadano», que junto con la primacía de las emociones y el espectáculo, ha puesto en crisis el periodismo profesional.
Se ha transformado el modo de vivir las relaciones personales: la amistad, los grupos presenciales se reflejan y amplían en las redes sociales, que acortan diferencias y tornan el tiempo flexible. Nos llegan por varias pantallas, simultáneamente, noticias sobre hechos cercanos y lejanos, significativos y banales, felices y terribles en una mezcla difícil de ordenar en la mente. Por eso esta hipercomunicación, paradójicamente, puede conllevar el aturdimiento y la sensación de dispersión provocada por la cantidad de mensajes y la multitarea. Puede disminuir la calidad comunicativa con los cercanos y llegar a la adicción tecnológica, sobre todo en los jóvenes y niños.
¿Un panorama terrible o esperanzador? Muchos aplauden la llegada de una nueva era de la colaboración. ¿Son ingenuos? Umberto Eco definió como «apocalítpicos» a los temerosos y alérgicos a las tecnologías emergentes, e «integrados» a quienes asumen la novedad técnica como portadora de bondades. Pero los efectos beneficiosos o dañinos de las tecnologías de comunicación dependen gran parte del ambiente donde son asumidas e incorporadas. Para los pequeños es vital la importancia de la familia y la escuela como mediadores en el uso de estas tecnologías. Para los profesionales y las empresas, todo esto constituye el final de una época y el inicio de otra, que pueden aprovechar para repensarse y abrir caminos de futuro.
Preguntamos a los ponentes: ¿Qué puede significar la expresión «humanizar» la comunicación en la era digital? ¿Corresponde a los medios profesionales poner un clima de sentido y análisis racional en la información? ¿Las personas debemos intentar un equilibrio entre la presencia y la virtualidad, entre la cercanía física y la digital?
Leticia Soberón
Ponentes:
Josep M. Carbonell i Abelló
Decano de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna de la URL
Joan Corbella i Roig
Psiquiatra
Miquel Àngel Prats i Fernández
Profesor titular de Tecnología Educativa de la FPCEE Blanquerna
Leticia Soberón Mainero
Psicóloga. Cofundadora del Innovation Center for Collaborative Intelligence
Moderadora:
Mercè Saiz i Saiz
Maestra