Ámbito Maria Corral
Foto: Margarita Amigó
El pasado 19 de octubre de 2023 tuvo lugar la 246 Cena Hora Europea para tratar: ¿Hacia dónde nos lleva la Inteligencia Artificial? Josep M. Forcada, presidente del Ámbito, inició el acto y destacó la relevancia del tema, cada día más presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Fue moderado por Esther Borrego.
Comenzó Leticia Soberón, consultora en Inteligencia Colaborativa, poniendo en entredicho la palabra inteligencia porque puede llevar a equívocos. La IA –dijo– es un conjunto de capacidades de un software para ejecutar actividades complejas, como el razonamiento y el aprendizaje, a imagen de la inteligencia humana. Y todo a partir de programaciones y diseño que hacen los propios humanos. La IA «utiliza algoritmos y modelos matemáticos para procesar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en patrones y reglas previamente establecidas a través de un aprendizaje automático. La IA capta datos de su entorno, en una gran variedad de formas (imágenes, palabras, sonidos) y las procesa, y actúa con una finalidad determinada».
Los usos de la IA son incontables: gestión de tráfico, análisis de datos de salud, el clima, el marketing, soporte a la educación, usos militares, la domótica, asistentes digitales, conducción autónoma de vehículos, etc. Sin embargo, es evidente que la IA genera muchas dudas y temores. Pero la inteligencia humana, que es consciente de sí misma, social, libre y responsable, debe ayudarnos a tener una visión transdisciplinar para afrontar los cambios. Aprovechar de la IA todo lo que pueda facilitar la vida, pero sin controlarla ni dañar la convivencia, y no «atribuir la responsabilidad a la tecnología, la responsabilidad es siempre humana, lo más importante se juega en el corazón de las personas». Por tanto, como sociedad civil «nos jugamos mucho en la educación y en las leyes. Cuanto más compleja es una sociedad más debemos apostar por las personas y comunidades».
A continuación intervino Miquel Àngel Prats, profesor titular de Tecnología Educativa de la FPCEE Blanquerna, y empezó haciendo una consulta al chatgpt pdf pidiéndole que destacara algunos aspectos claves y relevantes de la IA. La respuesta fue que: «es una tecnología que está cambiando la forma en la que vivimos y trabajamos, que se basa en el aprendizaje automático, que tiene aplicaciones en muchos campos: por ejemplo, la salud, industria, comercio, seguridad, educación; que plantea retos y riesgos: pérdida de puestos de trabajo, privacidad de los datos y, finalmente, que es muy importante que se desarrolle de forma ética y responsable con una regulación y supervisión adecuada por parte de los gobiernos». Hasta aquí la respuesta de dicho chatgpt pdf.
El ponente compartió dos pasiones profesionales: la formación inicial del profesorado en tecnología educativa y la búsqueda de usos y tecnologías digitales en niños y adolescentes, tanto en la escuela como en casa. «Necesitamos pensar urgentemente en un humanismo tecnológico, es decir, defender –como dice Xavier Marcet– la centralidad de las personas, especialmente en un momento en el que lo único sensato es equilibrar la ecuación entre personas y tecnología y hacerlo lo a favor de las personas». Lo citó textualmente: «No se trata tanto de sustituir como de potenciar a las personas». Y aún: «Ningún crédito a los humanistas que no confían en la tecnología, ni a los tecnólogos que no confían en el humanismo».
A continuación reflexionó sobre algunas cuestiones como: que estamos en una 4ª revolución industrial; que el oro del siglo XXI son los datos que generamos y que hay grandes empresas tecnológicas interesadas en saber qué consumimos y así generan un perfil de cada usuario, de modo que hay poca inteligencia. Es algoritmo puro y duro, y los algoritmos tienen determinada intencionalidad; que no tengamos miedo de usar la IA. Ahora tenemos la IA generativa, que no creativa, por lo que la expresión de inteligencia es poco afortunada; que necesitamos un marco regulador que empiece a poner un poco de orden. Y por último, volviendo a consultar el chatgpt pdf, este le dice: «Aunque la IA plantea retos y riesgos también tiene el potencial de mejorar muchos aspectos de nuestra sociedad y vida. Si se desarrolla de forma ética y responsable, la IA puede ayudar a resolver problemas complejos, mejorar la salud y el bienestar, aumentar productividad y eficiencia y crear nuevas oportunidades para las personas».
Acabó Xavier Altarriba, Dr. en Neurociencias y Dr. en Sociología. «Me miro la IA con naturalidad y desacralización. No es más que una prótesis cerebral que tendrá una capacidad de decisión autónoma en determinados ámbitos». Añadió que más que de la IA «tenemos que protegernos de los humanos, porque ser humano es un oficio de alto riesgo». ¿Vivimos en un mundo regido por el humanismo o regido por un Matrix? Según el Foro de Economía Mundial de Davos, en 2025 desaparecerán 85 millones de puestos de trabajo y los campos más afectados serán los relacionados con la enseñanza y los que menos los relacionados con la salud. Distinguió entre la técnica – aplicación efectiva de la ciencia o el arte, y que por tanto es un medio–, y la tecnología que implica un trenzado con el estilo de vida de modo que esta me condiciona de tal forma que a menudo crea necesidades.
Hizo hincapié en tres cuestiones: la primera, la evolución de la especie. Hasta ahora funciona con el binomio azar-necesidad. Luego viene el control y programación de esta evolución. Esto es interesante porque el hombre es objeto y protagonista de su propia evolución. «El hecho de asumir control sobre el azar y la necesidad me parece un proceso humano». El ser humano va incorporando prótesis que le permiten alcanzar unos niveles que sin ellas no podría. La segunda, el humanismo. Tenemos las especies y los individuos. La finalidad del individuo a través de la especie es su reproducción y funcionalidad a fin de mejorar la propia especie. Pero, llega un momento en que el individuo se da cuenta de que ya no le basta con la finalidad de la especie y entonces el sujeto busca el sentido, y el sentido es individual, porque globalmente no hay un sentido colectivo. En tercer lugar, resaltó el hecho paradójico que tenemos miedo a la IA y en cambio podemos observar en el funcionamiento de nuestra sociedad, regulaciones y directivas fruto de decisiones humanas y que, bien miradas, no son demasiado ‘humanas’ y sin embargo las aceptamos con normalidad.
La IA es una prótesis, ¿dónde irá esta IA? La pregunta de ‘Hacia dónde nos lleva la IA’ más bien debería ser ‘¿Hacia dónde la llevamos? Si pensamos que nos lleva, nosotros somos objetos y ella sujeto, pero si la llevamos hacia donde queramos ella será el objeto y nosotros los sujetos. Estos interrogantes y otros permitieron un coloquio intenso y variado por parte de los asistentes.