Pere Reixach
Cargo: Especializado en Estudios del Pensamiento y Estudios Sociales y Culturales
Foto: Leuchtturn 81 de Pixabay
Fecha publicación: 12 de febrero de 2024
¿Quién no se propone, cada principio de año, algún hábito o acción para mejorar la salud, el estilo de vida, la eficacia y eficiencia en el trabajo, la convivencia o el medio ambiente, etc.?
Mi propósito para este 2024, es muy simple: Alejar todo pensamiento exclusivamente dual: bueno/malo; correcto/incorrecto; blanco/negro, etc.
¿Por qué? Por la convicción de que somos «animales sociales», tal y como nos define el filósofo griego Aristóteles (384-322 a C). Porque observando que la mayor parte de los conflictos y males sociales que sufre (y sufrimos) la humanidad (guerras, muertes, accidentes, hambre, discriminaciones, desigualdades, etc.), tienen su génesis en el pensamiento simple, desprovisto de todo análisis y correspondiente crítica contrastada para entender el «porque» del conflicto y aprender «cómo» restablecer la convivencia de una forma razonada y civilizada.
El pensamiento dual no contempla que el mundo está lleno de matices, de colores, de sutilezas, que no podemos reducirlo todo al blanco o negro. Es ver la vida como una serie de elecciones dicotómicas, en las que hay que elegir entre dos opciones excluyentes. En definitiva, es una forma simplista y limitada de entender la realidad.
En lugar de entender las cosas con su complejidad de intereses, razones y emociones, nos empeñamos en dividir el mundo en dos bloques irreconciliables, donde unos (los míos) son los buenos y otros los malos.
Esto lleva a consecuencias graves, desde la polarización política que vivimos a la intolerancia hacia otras perspectivas, culturas o modos de vivir que imposibilitan diálogos y acuerdos, abriendo la puerta a la violencia, incluso a la atrocidad de la guerra. Solo dos ejemplos: 1) La Fundación del Español Urgente (La Fundeu), vinculada a la RAE y la Agencia EFE que elige anualmente una palabra que define el año que hemos dejado atrás, ha elegido Polarización. 2) Claudine Gay ha dimitido como rectora de la Universidad Harvard, acusada de antisemitismo, ante la polarización de posiciones frente al conflicto de Palestina/Israel. Así, una de las Universidades más prestigiosas del mundo, no se ha podido librar del pensamiento dual, en un conflicto en que hay matices y razones que vienen de lejos, con notables discrepancias dentro de cada grupo sobre el «cómo» puede resolverse civilizadamente.
Lamento decirlo, pero es una cruda realidad que estamos viviendo. Me permito formular dos preguntas: ¿Por qué es tan difícil abandonar el pensamiento binario?
Una de las razones es que ofrece una sensación de seguridad y certeza. Todo está claro y definido. También nos ubica en un grupo de la misma opinión que nos hace sentir que somos parte de un mismo colectivo que nos da una sensación de identidad y pertenencia.
¿Cómo puedo hacerlo para salir de la situación de confort que me da el pensamiento binario?
Creer en el dicho de la Biblia: «Lo que ha sido, volverá a ser, lo que ha sido hecho, volverá a ser hecho; no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Hay algo de lo que alguien pueda decir ‘¡Mira! Esto es nuevo’? Ya estaba allí hace tiempo; ya estaba antes de nosotros». (Eclesiastés 1:9-11). Con esta premisa, solo necesito copiar y reanudar el grito Sapere aude, «atrévete a saber», «atrévete a pensar», «ten el valor de servirte de tu propia razón»… «Para esta ilustración no hace falta más que una cosa, libertad; y la más inocente entre todas las que llevan ese nombre, es decir: la libertad de hacer uso público de su razón íntegramente», es lo que proclamaba el filósofo Kant en el siglo XV que removió conciencias para que se rebelaran del pensamiento perezoso.
Pensar por mí mismo, aprender constantemente de la realidad de los hechos y del contraste de opiniones diversas. Rehuir de todo pensamiento simple, no crítico y sobre todo el que proviene de los grupos económicos, sociales y políticos que limiten o manipulen la libertad de expresión. Ojalá que, este 2024, seamos muchos que sintonicemos con semejante propósito.
Artículo publicado el 7 de enero de 2024 en el Diari de Girona