Recientemente se ha conmemorado los setenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El documento recoge treinta artículos para poder generalizar en cualquier lugar de nuestro mundo unos criterios para garantizar la libertad de las personas, y crear un espacio favorable para el desarrollo y crecimiento personal en un entorno favorecedor de derechos y libertades.
En aquel momento la voluntad era que cualquier marco jurídico, de los reconocidos en todo el mundo, pudiera incorporar los diferentes artículos detallados en el documento de la declaración.
El tiempo siempre ayuda a dar una perspectiva diferente porque podemos observar, razonar y dialogar cómo ha sido su implantación y concreción, hacia la voluntad inicial de cualquier proyecto. Es por este motivo que consideramos interesante poder dedicar el espacio de la cena a pensar cuáles han sido los avances, dentro del marco de los derechos humanos para las personas. Y, porque no, desde un reconocimiento del límite del ser humano y de los grupos poder ver las dificultades en el despliegue completo de los artículos.
Nos tendremos que preguntar: ¿Se han creado grupos sociales capaces de acoger la diferencia? ¿Qué valores le damos a la seguridad? ¿Y a la libertad de las personas? La igualdad ante la sociedad, ¿en qué términos se puede valorar? ¿Qué entendemos por libertad de pensamiento y de expresión en un mundo tan líquido como el de hoy? ¿Qué pensamos del derecho a la educación? ¿O la necesidad de reunirnos, con tecnología o sin?
Los cambios de los tiempos, también suponen un cambio de lenguaje, palabras no usadas adquieren connotaciones nuevas, palabras como ecologismo, reciclaje, redes, solidaridad, justicia, etc.
Es cierto también, que los derechos humanos son un abanico muy amplio, y que la diversidad de la manera de vivir todavía hace más difícil que los grupos y las personas puedan relacionarse. El adelanto de las tecnologías ha mejorado las posibilidades de comunicarse, pero todavía tenemos muchas barreras marcadas por líneas geográficas.
Dentro de esta retahíla de ideas, es necesario poder pararse y pensar en la realidad que nos rodea desde el espejo de los derechos humanos. Los derechos y los deberes de las personas son aquel marco que hace posible que el ser humano conviva con armonía. Además, facilitan que los grupos conformen cuerpos sociales para tener sociedades compactas y sólidas para ser un motor de crecimiento y desarrollo.
Ignasi Batlle Molina
Ponentes
Anna Berga i Timoneda
Doctora en Sociología. Secretaria General de la URL
Presidenta de la Comisión Mujeres y Ciencia
del Consejo Interuniversitario de Catalunya
Miquel Àngel Essomba Gelabert
Comisionado de Educación, Infancia y Juventud
Lluís Foix
Periodista y escritor
Núria Parlon
Alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet
Moderador:
Ignasi Batlle i Molina
Ingeniero de obras públicas
Colaborador de la Universitas Albertiana