Por: Pere Reixach
Especialista en Estudios del Pensamiento y Estudios Sociales y Culturales
Barcelona, septiembre 2018
Foto: Clipart
El conflicto es consustancial con la naturaleza humana y desde siempre la humanidad ha vivido inmersa en conflictos: entre países, vecinos, grupos culturales, sociales y religiosos diversos. También entre familias y dentro de los miembros de la propia familia.
El conflicto ha existido desde siempre, ha sido representado en todas las culturas por el arte (visual y escrito), por mitos, leyendas y una infinidad de ensayos científicos que explican que los conflictos sociales son inherentes y necesarios para toda la sociedad. Además son el motor de la creación, transformación y evolución de esta.
No hay una respuesta única, ni tampoco una disciplina que explique todo el fenómeno universal del conflicto y la violencia. Un breve recorrido transversal por diferentes ciencias (biología, historia, psicología, sociología, antropología, pensamiento psicosocial, neurología, filosofía, etc.) nos pueden ayudar a entender que conflicto y violencia son dos fenómenos diferentes. Que uno y otro no van necesariamente juntos. Que los conflictos se pueden resolver sin violencia. Que de violencias, hay de muchos tipos: físicas, psicológicas, y también estructurales, del sistema y del estado.
En todo tipo de violencia, el actor principal, normalmente es el que tiene más fuerza ante el más débil, ya sea porque tiene más fuerza física, un arma en la mano, el poder de dictar órdenes o el estado cuando sus legítimos representantes abusan del monopolio de la fuerza otorgada.
Permitidme que comparta unas frases de eminentes pensadores para enmarcar el concepto de la violencia y de su alcance.
– «El hombre nació en la barbarie, cuando matar su semblante era una condición normal de la existencia. Se le otorgó una conciencia. Y ahora ha llegado el día, donde la violencia hacia otro ser humano, tiene que acontecer tan detestable como comer la carne del otro.» Martin Luther King
– «La violencia es el miedo a los ideales de los otros.» Gandhi
– «El afán de poder es la pasión humana más violenta.» Bertand Russell
– «La violencia es el último recurso del incompetente.» Isaac Asimov
– «Buscar la unanimidad con violencia es una tarea estéril.» Pío Baroja
– «La violencia nunca resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas.» Joan Pau II
Mi conclusión es que tenemos que aceptar el conflicto como una realidad biológica y social de nuestra especie, pero que no tiene que malograr las relaciones sociales. Por esta razón, tenemos que expulsar todo instinto de violencia, sea física, psicológica o estructural, si queremos vivir en paz.
El profesor Antoni Bolinches en su libro La revolución humanista dice que: «Sabemos que somos egoístas, inteligentes, asustadizos, agresivos, bondadosos, malvados y sociables, todo esto en distinta proporción. Sabemos también que tenemos necesidades de pertenencia y valoración, y empezamos a intuir que podemos ser suficientemente creativos para implicarnos en procesos de perfeccionamiento que nos permitan armonizar componentes tan heterogéneos».
La oportunidad de una convivencia exitosa vendrá si avanzamos, como enanos, en los hombros de los gigantes de la No-violencia: Gandhi, Lanza del Vasto, Luther King y Mandela que dicen: «La No-violencia es una propuesta compartida por todas las tradiciones religiosas, espirituales y humanísticas que aspiran al amor, la paz o la convivencia entre las personas. Es una idea que primero hay que comprender e integrar. Como suele pasar con las ideas religiosas, la no-violencia se entiende a menudo justo al revés, como una invitación a la pasividad, a la debilidad, a la fragmentación… Todo lo contrario, es una idea que, después de entender, hay que practicar, de infinitas maneras y en todos los ámbitos de la vida: el matrimonio, la familia, la comunidad, el trabajo, la política…». (Revista Dialogal)