Por: Pere Reixach
Especialista en Estudios del Pensamiento y Estudios Sociales y Culturales
Barcelona, noviembre 2018
Foto: Pixabay
El Pla Integral de Suport al Circ, confeccionado en su día por la Conselleria de Cultura, ha institucionalizado las actividades circenses en Catalunya. Finalmente la capacidad que tiene el circo de sorprender, de estimular la imaginación y, sobre todo, de hacer reír, será atendida con todo el respeto, interés y afán de promoción como cualquier otra arte escénica.
Esta medida de institucionalizar todo lo que representa de alegría, imaginación y buen humor a la sociedad, se ha de hacer extensible también al mundo de la empresa, de manera urgente e imprescindible.
¿Por qué?
Casi el 30% de las personas que trabajan en España sufren con frecuencia situaciones de estrés y ansiedad laboral que provoca, según datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, una disminución de la productividad.
La Organización Mundial del Trabajo (OIT), también dice que el 75% de los empleados europeos sufren estrés por culpa del trabajo y eso comporta que un 30% de las bajas laborales sea imputado al estrés.
De hecho, el management más reciente y actual, se ha tomado seriamente la posibilidad de introducir formalmente y de manera institucionalizada el humor en el trabajo. Su finalidad es la introducción de elementos de diversión, tradicionalmente considerados como propios del ámbito del ocio, con la intención de crear un entorno laboral más distendido y más saludable.
De hecho, la visión que surgió de la ética protestante de considerar el mundo laboral como lugar de ‘negocio’ o sea, negación del ocio, ya está superada. Actualmente hay un cambio en la concepción del trabajo. Las fronteras ‘trabajo/vida laboral’ ya no son tan rígidas. Fenómenos como el trabajo flexible o las diferentes políticas de conciliación las han difuminado. La gente pide entornos laborales sanos, atractivos y divertidos.
Algunos datos científicos ponen de manifiesto las virtudes terapéuticas del humor:
- Cinco minutos de risas corresponden a cuarenta y cinco minutos de ejercicio físico.
- Una risa explosiva moviliza cuatrocientos músculos de todo el cuerpo, activa el sistema inmunológico y oxigena los tejidos.
- Además, reír libera endorfinas, facilita la digestión, mejora la hipertensión, tonifica los músculos y evita el insomnio.
Su resultado, según la Fundació per a la Motivació dels Recursos Humans, es una mejor motivación y productividad; disminución del estrés y el ausentismo; mayor capacidad de atracción y retención de trabajadores; mayor fidelización de los clientes; refuerza la integración de los trabajadores; crea un clima muy propicio a la resolución de conflictos; refuerza el sentimiento de pertinencia y de equipo y estimula la creatividad.
Si he comenzado citando la Conselleria de Cultura, acabaré con una propuesta a la Conselleria que corresponda de tratar la felicidad en la empresa o en cualquier ámbito de la vida.
Propongo que un equipo de expertos se dedique a encontrar los índices que miden el nivel de felicidad de los catalanes y se sumerjan en el mundo laboral para verificar el nivel de humor, de imaginación y de fantasía dentro de la empresa como la mejor medida para registrar el bienestar y, en definitiva, la felicidad.
¿Cómo hacerlo?
Lo dejaremos a los innumerables asesores y expertos de que dispone la Generalitat. No querría quitarles la felicidad que representa indagar sobre el qué, el cómo y el porqué los humanos somos felices.