Per: Rocío Muñoz
Àmbit Maria Corral
Barcelona, marzo 2019
Foto: Ita Amigó
El pasado jueves 28 de febrero el Àmbit Maria Corral celebró la 233 Cena Hora Europea para tratar una «Nueva mirada ante la Declaración de los Derechos Humanos». El moderador, Ignasi Batlle, recordó las palabras del doctor Alfred Rubio: «Para construir grupos deberíamos ir a buscar aquello que era común para todos. Existir es aquello que nos une a unos y otros.»
Anna Berga, doctora en sociología, secretaria general de la URL y presidenta de la Comisión Mujeres y Ciencia del Consejo Interuniversitario de Catalunya, inició las aportaciones des del punto de vista de los derechos de las mujeres. Advirtió que no solo iba destinada a las mujeres sino que es un planteamiento social. «Alguien dijo que la Declaración de los Derechos Humanos ya nació impregnada de una cierta perspectiva feminista y que supuso el inicio de la lucha por los derechos humanos de las mujeres, pero esta lucha venia de mucho antes.» Recalcó la importancia de Eleanor Roosevelt como presidenta de la ONU, en la Declaración de los Derechos Humanos para que fuese inclusiva y esta ya es una declaración de principios contundente, una meta y un marco de referencia. Explicitó el significado de dar y defender la igualdad. Legalmente, tenemos reconocido el principio de igualdad y de no discriminación, pero aún queda mucho por hacer. Acabó remarcando tres retos para una nueva mirada: primero, vencer discursos que aún son muy resistentes y que cuestionan el mismo concepto de igualdad. Es importante tener claro que promover la igualdad quiere decir un compromiso para corregir las desigualdades. Segundo, es necesario ser conscientes que el solo paso del tiempo no lo solucionará si no hay políticas a favor de respetar estos derechos. Y tercero, es necesaria una concienciación social y la educación es clave para este cambio de mentalidad para conseguir la igualdad de género y apostar por una transformación social que beneficia hombres y mujeres.
Miquel Àngel Essomba, comisionado de Educación, Infancia y Juventud, hizo su aportación des del punto de vista del derecho a la Educación. Derecho fundamental, pero también un fundamentador, es decir, que permite el acceso a muchos otros derechos. Puso de manifiesto que este derecho, desde su génesis, ha sido un espacio de tensión poliédrica. En primer lugar, tensión ideológica, ya que la interpretación de este derecho ha sido un ámbito de debate todavía no concluido. La segunda dimensión es sociológica, porque se considera universal, que debe ser accesible a todo el mundo, pero en el momento de ponerlo en práctica no se tiene en cuenta que acceder a este derecho no se hace desde condiciones de igualdad social, sino de desigualdad. Esto tiene una consecuencia práctica: en lugar de poder generar el resultado positivo que seria que las personas son más iguales, a veces puede ser al revés, y en lugar de reducir desigualdades las incrementa. La tercera dimensión es de carácter económico y social: ¿Quién ha de garantizar el ejercicio del derecho a la Educación? ¿Se tiene que pivotar desde el ámbito público, en el sentido de las democracias liberales a las que nos adherimos, o tiene que quedar en manos del ejercicio y funcionamiento privado de las sociedades? Finalizó remarcando que el derecho a la Educación se nos ha quedado pequeño. Tenemos que hacer un derecho más grande, más digno, que pueda acceder el máximo nombre de personas con independencia de su capital cultural, y poder instaurar el ministerio de Educación a lo largo de la vida, y un derecho más amplio, que vaya más allá de la escolarización. Es necesario entender que para educarnos hace falta muchas más cosas que asistir a la escuela.
Acabó las intervenciones la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, que disertó des del punto de vista político y social. Remarcó la importancia de la mujer en la Declaración de los Derechos Humanos, puesto que fue una auténtica revolución. Además, explicitó que es necesario relacionar el contexto de este texto a la necesidad de liderazgos políticos, muy necesarios en los tiempos que vivimos porqué la política está claramente injuriada por muchas razones: corrupción, mediocridad, frivolidad, medios de comunicación… Esto crea un clima donde los liderazgos políticos no están suficientemente valorados, a pesar de ser absolutamente necesarios para hacer auténticas revoluciones des de las instituciones. «Si nos olvidamos de aprender mientras vivimos, normalmente solo nos queda entrar al conflicto, en las guerras, el desprestigio, la destrucción, y no avanzar. La manera de vivir de Eleanor Roosevelt dice mucho que las instituciones son realmente revolucionarías para cambiar la realidad y la calidad de vida de la gente. Necesitamos instituciones que realmente crean en el sistema democrático, y personas con un poco de ingenuidad, vitalismo y humanismo para hacer posibles estas transformaciones.» También, comentó algunas de las idees que presenta la Declaración de Derechos Humanos: familia humana, dignidad, fraternidad… Todo esto se tiene que conseguir a partir de la Educación y del respete hacia los derechos y las libertades. Para acabar, resaltó la importancia del liderazgo y de crear espacios de bien común, crear oportunidades, hacerlo entre todos, interpelar a los poderes públicos, los económicos, los sociales, siempre hay más puntos para encontrarnos para hacer el bien que para hacer el mal que es, en definitiva, lo que recoge la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La Cena concluyó con un intenso coloquio que fue posible gracias a la intervención de los asistentes y donde los ponentes pudieron ampliar su opinión y los conocimientos sobre los Derechos Humanos.