Por: Ramon Santacana
Educador y artista
Barcelona, mayo 2019
Foto: Pixabay
Es bien sabido que el empuje de la inteligencia artificial y la creciente robotización van a crear en los próximos años la automatización de muchos de los actuales puestos de trabajo. Sin embargo, a pesar de las inevitables voces alarmistas, esto no conllevará pérdida de ocupación. Algunos estudios[1] señalan que, al menos en países desarrollados, el número de puestos de trabajo creados por nuevos productos y servicios va a ser superior a su pérdida, dando como resultado un aumento neto. Se tratará de empleos relacionados con productos y servicios nuevos, en continua interacción con máquinas y algoritmos.
Estas nuevas ocupaciones requerirán un gran esfuerzo de re-capacitación de los empleados. Los trabajadores van a tener que reorientar sus capacidades laborales hacia las nuevas necesidades que vayan surgiendo. Se calcula que en pocos años, cerca de la mitad de la fuerza laboral deberá reajustarse o actualizarse mediante algún tipo de cursos o entrenamientos[2].
Ese esfuerzo reeducativo pedirá gran cantidad de inversión, tanto de capital como de esfuerzo técnico. La formación universitaria y de escuelas técnicas deberá expandirse a través de diferentes etapas de la vida laboral y en combinación con las actividades empresariales. Se prevé que la iniciativa privada va a tener que combinarse con la pública para obtener resultados de alcance satisfactorio.
Los gobiernos tendrán que implementar programas de formación en combinación con el sector privado para que la fuerza laboral pueda re-capacitarse y ofrecer las capacidades que el mercado necesite en cada momento. La racionalidad de la implicación del sector público reside en los innegables beneficios sociales en forma de mayores cotizaciones y menores cargas sociales como son los subsidios de desempleo, y todo ello supondrá una mayor recaudación impositiva.
Otro punto a tener en cuenta será la concertación de las políticas de re-capacitación de empleo entre países. Políticas bien concertadas más allá de estrechas fronteras pueden traer efectos sinérgicos insospechados. Además, dado el poder de tipo transnacional que muchas grandes empresas ostentan, los países menos dotados, de modo aislado, tienen poco qué ofrecer. Las políticas de empleo, el replanteamiento del trabajo en una sociedad del conocimiento y la inteligencia artificial, deberán forzosamente transceder las fronteras nacionales si no quieren dejar todavía más atrás a aquellos que no se adapten a los cambios.
[1] World Economic Forum (2018). The Future of Jobs Report 2018. https://www.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2018 accedido el 26 de abril de 2019
[2] Towards a Reskilling Revolution: Industry-Led Action for the Future of Work. http://www3.weforum.org/docs/WEF_Towards_a_Reskilling_Revolution.pdf accedido el 26 de abril del 2019