Por: Rocío Muñoz
Àmbit Maria Corral
Barcelona, junio 2019
Foto: Ita Amigó
El pasado jueves 16 de mayo, el Ámbito Maria Corral organizó la 235 Cena Hora Europea. En el marco de esta Cena se celebraron 40 años de la entidad. Cuarenta años de trabajo con sentido y valores desde la reflexión y el diálogo interdisciplinario. El tema propuesto fue «Creatividad y fidelidad», moderado por Jaume Aymar, doctor en Historia del Arte.
Josep M. Forcada, presidente del Ámbito de Investigación y Difusión Maria Corral, abrió las aportaciones e hizo referencia a los inicios del Ámbito, en el año 1979, que nació fruto de la necesidad que veían el doctor Alfred Rubio –a quién recordó especialmente, puesto que este año es el centenario de su nacimiento– y Antoni Barata, de hacer algo para tratar de los valores en los medios de comunicación social. A continuación habló sobre «La creatividad personal, es decir, la que corresponde a cada ser humano, que posibilita que se desarrollen cualidades propias y concretas, y a la vez diversas que hace que cada persona se autorealice y lo haga diferente a los otros». Concretó que: «La creatividad pide libertad de espíritu, especialmente desde la óptica social, en la que se tiene que pensar mucho en el bien común. Por eso, es tan importante el apoyo ético que da coherencia al bien». Además, es la clave del crecimiento de la sociedad y cerrarse a ella es no avanzar y fomentar el inmovilismo. También habló de la fidelidad a la creatividad que: «Supone la responsabilidad de mantener unos vínculos de confianza y la adhesión leal a aquellos principios que se profesa de forma individual o participativa en aquellas entidades o grupos a que uno pertenece ». Para finalizar afirmó que: «Desde la libertad y la investigación del bien social se podrá abrir un diálogo respetuoso y de futuro que será verdaderamente creativo».
La profesora de Ética en la Facultad de Filosofía, Begoña Roman, expuso tres ideas sobre la creatividad y la fidelidad: La primera, el concepto de creatividad ligado a generosidad, la segunda, fidelidad ligado a confiar y a los trascendentales, y la tercera, la creatividad y la fidelidad ligadas a la noción de deseo. Afirmó que: «Toda vida humana es un acto de creatividad, y toda creación implica crianza y una cultura que lo acompañe para que la persona pueda expresarse. Todo acto de creatividad implica cuando es artística, la investigación de un disfrute, y cuando es de propuesta de soluciones, una necesidad de resolver un problema y de liberarse». Remarcó que: «Toda creatividad es un acto de fidelidad. La criatura es creativa porque es heredera de una tradición». Además, hay fidelidad a la tradición y a uno mismo. «El verdadero acto creativo es de generosidad, genera y da. Es un deseo de comunicar, de expresarse y de compartir». Finalmente, constató que: «La verdad de todo es que el acto creativo es vital». Las personas no creamos por necesidad, sino porque desbordamos deseo, creatividad y vida. Acabó con una reflexión de Hanna Arendt: «El ser humano tiene que pasar por las tres etapas: la de actor y desarrollar la trama que otros han escrito para él, la de autor, apropiarse de su vida, de su mundo y mejorarlo, creando nuevas posibilidades, pero sobre todo, el que crea historia es el narrador. El que explica historias para continuar creyendo que merece la pena.»
Cerró las aportaciones Francesc Torralba, director de la Cátedra Ethos de la Universitat Ramon Llull, que intentó aclarar, con la ayuda de algunos ejemplos, el significado de creatividad y fidelidad y mostrar su conexión. Partió del concepto «fidelidad creadora» o «fidelidad creativa» y de la premisa del filósofo Gabriel Marcel: «Solo podemos seguir siendo lo que somos si nos recreamos constantemente.» Rompió con el tópico de confundir la fidelidad con reiteración del mismo, monotonía o tedio. Y la definió como valor. «La fidelidad tiene que ver con la continuidad en el esfuerzo creativo, con la capacidad de recrear continuamente aquello que uno es.» A continuación, relacionó la creatividad con el acto de hacer emerger algo a partir de la nada: «Lo que hacemos al final los humanos es dar forma, configurar, a partir de elementos que tenemos en la memoria y que permiten ordenar de una manera distinta aquello que hemos recibido, pero en cualquier caso nunca hacemos emerger de la nada algo.» Alguien que es creativo, que tiene imaginación, tiene una fuerza creadora a partir de materiales que ha recibido y que da el valor de la herencia y de la tradición. Acabó afirmando que para hacer emerger lo que no hay es básico que haya algo en la mente. Por eso es un error contraponer fidelidad y creatividad; memoria e imaginación, lo que hace falta es un equilibrio.
La Cena continuó con diferentes brindis a cargo de personas significativas a lo largo de estos cuarenta años. Además, disfrutamos de la actuación de la pianista Yoko Suzuki, que interpretó varias piezas. Acabó con un coloquio emotivo por parte de los participantes