El pasado 18 de mayo el Àmbit de Investigació i Difusió Maria Corral organizó un nuevo Espacio de Formación a cargo del maestro, psicopedagogo, licenciado en humanidades y diplomado en dirección y organización de empresa, Daniel Gabarró, para plantearnos ¿cómo reducir el estrés?
Estructuró la formación en cinco estrategias para entender la globalidad de cómo nosotros podemos manejar y vivir con menos estrés: «Cierta cantidad de estrés, el eutrés, que es bueno, nos permite estar activos, hacer cosas… lo que pasa es que cuando esta potencia es excesiva nos sentimos abrumados y agotados, y la pregunta sería: “Cuando mi vida se llena de estrés, ¿qué estrategias puedo usar?”».
La primera es la biología: Cuando queremos reducir el estrés hay que tener presente que tenemos un cuerpo que tiene su dinámica, su normativa y debemos cuidar el cuerpo para tener menos estrés. Los estudios científicos dicen que dormir un mínimo de siete horas facilita no tener estrés, y las personas que duermen menos tienen una tendencia a no descansar bien y, a menudo, nuestra mente no funciona como tendría que funcionar. Por eso se ha de vigilar con la dieta física y psicológica, es decir, no mirar la televisión, el telediario, un thriller justo antes de dormir, porque lo último que entra en nuestra mente es lo que marca nuestro sueño. También es importante la respiración, ya que calma la mente y el cuerpo. Cuando respiramos con calma y profundamente, automáticamente nuestra mente se calma. Esta evidencia científica es muy útil enseñarla incluso a los niños. Otro elemento importante es la natura y lo que se denomina «baños de bosque», es decir, tener contacto con la natura, ya que esto equilibra nuestra biología. Además, hacer deporte suave, tener cada día un tiempo de movimiento, tener una alimentación sana: comer preferentemente fruta y verdura, y mantener relaciones humanas próximas y gozosas.
La segunda estrategia es reeducar la mente: Para gestionar nuestro estrés es importante gobernar la propia mente. El estrés es una tensión que sentimos en nuestra mente. ¿Cuál es el origen de lo que yo siento? ¿El origen de todos mis sentimientos? ¿De dónde han aparecido estos sentimientos? Mientras no sepamos como funcionamos por dentro difícilmente podremos gobernar nuestro interior. Y lo más importante para poder tener una vida significativa es que yo mande dentro de mí. Es decir, gobernar lo que siento, lo que he decidido ser, el que genera la atmósfera emocional y sentimental. Todo lo que yo siento nace de lo que yo pienso, tiene que ver con mis voces interiores. Si nos hubieran enseñado a ser amigos de nuestras voces, podríamos estar felices con nuestros pensamientos.
Para reeducar la mente hay que identificar los pensamientos y voces que tenemos, que nos maltratan: que juzgan, comparan, adivinan un futuro terrible, exigen fingiendo motivar (tienes que ser mejor…). Esto significa que no te aceptas tal como eres, que no te quieres. Identificarlos y no fusionarnos con ellos, es decir, no luchar contra ellos porque entonces crecen. No hacerlos caso. Abrazarlos desde un espacio de calma y reeducarlos para que me hablen diferente: cierto, sensato, me ayude, repetírmelo, relacionarlos con una canción… Le das una forma nueva de relacionarte contigo, un nuevo idioma. Sustituir lo que te dicen por cosas que merezcan la pena.
La tercera estrategia es parar, respirar y mirar: «Te paras un momento y eres consciente de ti y mientras respiras te das cuenta de ti y que “yo” estoy mirando, “yo” estoy aquí, este “yo” que está inmóvil y siempre es idéntico. El fondo del ser humano y del ser de Dios es un único y un mismo fondo y cuando paro intento tocar este fondo. Esto lo puedes hacer en cualquier momento y lugar, buscar tu fondo y allá hay un espacio de calma que va mucho más allá del estrés.»
La cuarta es la higiene emocional: «Cada día hacemos una higiene física, pero a lo largo del día también nos cargamos emocionalmente y tenemos que tener un espacio para soltar las tensiones del día. Hay una serie de actividades que dejan ir estas tensiones emocionales con la voz y con el cuerpo. Buscar un entorno seguro y un sistema sencillo como la piscina, bailar, cantar, gritar, pero se tiene que mover el cuerpo para no tensarse.»
La quinta y última estrategia es actuar desde los valores: «El primer paso es descubrir los propios valores que tengo y una forma bastante razonable de hacerlo es en acción, en cosas que ya hago, no en aquellas que me gustaría hacer.» Propuso pensar tres relaciones difíciles y tres relaciones gozosas y si observamos, veremos que con las personas que queremos hacemos cosas diferentes de aquellas con las que no quieres. A las personas que aprecias intentas escucharlas, les das tiempos, usas una serie de valores que son un hecho. ¿Cómo cambiarían las difíciles si aplicaras estos valores que ya aplicas a las gozosas? Y una vez descubiertos, actuar para expresarlos conscientemente. Nosotros vivimos exactamente la cantidad de amor que somos capaces de movilizar, es decir, yo no puedo vivir el amor que tú me tienes, sino el amor que yo te tengo a ti. Y visto desde esta perspectiva, tenemos que descubrir nuestros valores para actuar desde ellos y nuestra vida se llenará de autoestima porque nos sentiremos valiosos, es decir, la autoestima aparece como una consecuencia natural. Una vez descubiertos los valores, actuar solo dentro de tu realidad.
Afirmó que para manejar el estrés debemos dejar de “robar” los problemas a los otros. Gran parte de nuestro estrés viene porque “robamos” los problemas de los demás, queremos que piensen, hagan, como nosotros queremos. Además, tenemos que hacer las cosas sin obligación, sino porque lo hemos decidido. Y, por último, renunciar al éxito, ya que si fallo ninguna voz no me maltrata.
Esta exposición posibilitó el dialogo entre los asistentes, ya que va hubo aclaramientos entre las emociones y los sentimientos y había interés en practicar estas estrategias per sentirse bien.