Fotografia: Assumpta Sendra
Fecha de publicación: 21 de octubre de 2024
El miércoles 2 de octubre, en el marco del recinto Modernista de Sant Pau de Barcelona, la directora del Ámbito, Assumpta Sendra, presentó un nuevo Espacio de Formación, para tratar el tema: Una herramienta concreta para transformar, éticamente, la sociedad: Las cosmovisiones sociales, para reflexionar cómo construir una sociedad más cohesionada desde una mirada esperanzadora. La conferencia corrió a cargo de los profesores Daniel Gabarró y Jaume López.
Inició su exposición el profesor Gabarró haciendo referencia al Ámbito que habla de tomar conciencia de la realidad para dar respuestas realistas y humanas, lo que implica comprender. La humanidad y el kosmos, en el sentido griego de la palabra, lo tangible y lo intangible, deben estar en el centro como valores. Acto seguido enmarcó el tema desde el punto de vista filosófico, para lograr una transformación ética de la sociedad, aunque no todo el mundo quiera transformar el mundo. Puntualizó que cuando habla de filosofía se refiere a cómo nos relacionamos con la realidad. Así mismo pidió mantener la mente abierta y no cerrarse porque, cuando las ideas son nuevas, a menudo, suenan extrañas. Así como que no debemos creerlas de entrada, sino que debemos verificarlas, comprobar en nuestra vida si todo esto que se está diciendo tiene una parte de realidad que nos ayuda a entender y comprender el mundo mucho mejor. Esta es la actitud básica para relacionarse con la filosofía, el amor por la verdad.
Enumeró doce puntos como marco filosófico previo:
1.- Creemos que el mundo puede transformarse. Cuando echamos la vista atrás, vemos que hay una transformación, porque los humanos podemos aprender. Pero debemos verificarlo. La pregunta es si nuestra experiencia nos dice que nosotros podemos transformar nuestra vida. Y la respuesta es sí.
2.- Se aprende equivocándonos. El reto es cuestionarse si aprendemos a partir de los errores. Aprendemos también de las dificultades que nos indican lo que debo aprender ya que, si lo supiera, sería fácil. Errores y dificultades son cosas maravillosas, tanto a nivel individual como colectivo.
3.- Sufrir no aporta nada útil, es la excusa para no hacer nada. Actuar sí.
4.- El amor es una acción, no es un sentimiento. Es apoyar, escuchar. Lo que yo sienta no tiene ninguna importancia, sino lo que hago, como actúo desde el amor, con una mirada realista y humana para dar respuestas coherentes, después de haber tomado conciencia de la realidad.
5.- La realidad no es lo que pienso sino lo que ocurre. Por ejemplo, hay quien dice que la gente debería ser amable. La realidad es que hay gente amable y gente que no lo es.
6.- Mi realidad es lo que yo puedo hacer, donde tengo la capacidad de acción.
7.- Todo el mundo hace lo que puede con lo que sabe.
8.- El mal no existe. La gente que grita lo hace porque no tiene continencia, porque no sabe hacerlo mejor. La gente busca cosas positivas, pero está bastante despistada. Queremos comprender para enseñar a quien no sabe. Pedimos empatía a los demás, porque nosotros no queremos tener empatía con ellos, no queremos comprender. Queremos que sean los otros los que nos comprendan. Si no tenemos esa posición para comprender la realidad, lo que querremos será agredir, forzar al otro, aunque sea mental o verbalmente.
9.- Si el mal no existe a nivel individual, la injusticia a nivel social tampoco existe. Existen las desigualdades como resultado de nuestra carencia de sabiduría. La sociedad sí puede mejorarse.
10.- Si yo puedo aprender individualmente, significa que los otros también pueden aprender individualmente. Esto significa que se puede avanzar colectivamente. Si la conciencia ética colectiva sube, las injusticias recurrentes y las desigualdades se reducirán.
11.- Es necesario poner dentro de la agenda política la conciencia cívica, la ética, el crecimiento personal, la espiritualidad, el autoconocimiento. Es decir, cómo poder hacer crecer la empatía de las personas, su pensamiento crítico y que tengan un equilibrio entre lo individual y lo colectivo. Yo soy yo, pero no estoy por encima del colectivo. Lo personal es político.
12.- Esta conciencia cívica se puede hacer crecer y es lo que llamamos cosmovisiones sociales. Entenderlas nos permite realizar un diagnóstico de la realidad. Es una herramienta que nos permite comprender cómo podemos llevar a cabo estos doce puntos de forma concreta para lograr un cambio social.
A continuación, el profesor López desarrolló el significado de las cosmovisiones sociales. Mencionó los diecisiete Objetivos acordados de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Nadie está en contra, pero el planteamiento es si todo el mundo los entiende igual. Pero no es fácil porque no son igualmente resonantes y motivadores, por lo tanto, necesariamente debemos conectar con los valores y las emociones, con las diversas formas de entender el mundo.
Para poder transformar la realidad, debemos conocerla mejor. Este trabajo ya lo realizan habitualmente los sociólogos, los equipos de Servicios Sociales, desde la Iglesia, desde muchas perspectivas. Solemos hablar de unos ejes descriptores, de indicadores como la edad, el género, el nivel de formación, el nivel socioeconómico. Gavarró y López proponen incluir un eje nuevo de análisis de la realidad sociopolítica y de la realidad organizacional, que son las cosmovisiones sociales, que supone una visión previa, de la que no somos conscientes, pero que ayuda a articular todo lo que entendemos de la realidad social.
Existen cuatro cosmovisiones sociales relevantes en el mundo occidental. Son un marco cognitivo, inconsciente, sobre lo que los individuos no nos cuestionamos. Plantea cómo debería ser esta realidad para ser justa. Es un sistema coherente de valores con su lógica interna, que activamos para interpretar, actuar y evaluar lo que sucede en el ámbito público o sociopolítico. Conocer la cosmovisión de un colectivo o de una persona da más pistas sobre cómo recibirá una determinada política.
A continuación, presentó un cuadro comparativo con las diferentes características de cada cosmovisión: la pretradicional, que tiene poca prevalencia social, y la tradicional, moderna y posmoderna se reparten la influencia social.
La pretradicional prioriza al clan, la fidelidad a los suyos, sin deseo de participar políticamente. La concepción de la justicia está muy vinculada a sus necesidades. La acción, la valentía está muy ligada al riesgo, al no tener en cuenta las consecuencias. La impulsividad, el machismo, la xenofobia como valor positivo. Muchos de los problemas que se quieren solucionar a nivel social están asociados a esta cosmovisión.
El grupo de referencia sobre el que empatiza la cosmovisión tradicional es la nación o etnogrupo, se identifican solo con quienes tienen la misma cultura. Es un grupo que visualiza la justicia que se define por la ley y el orden estricto. El espíritu crítico es limitado, no existe un replanteamiento de las normas. Son valores la religiosidad institucionalizada, el patriotismo, el sacrificio, la familia, la ética del trabajo. El colectivo pasa por delante del individuo. Tienen una visión machista, homófoga, xenófoba. Presentan ausencia de un espíritu crítico hacia las normas que nos definen y dan sentido.
La cosmovisión moderna queda impregnada por el espíritu crítico de la Ilustración. La norma es cuestionada. La religiosidad entendida como acrítica no encaja bien. Hay un replanteamiento del endogrupo, con una visión mundicéntrica porque lo sagrado queda cuestionado. Aparecen los derechos universales entendidos de forma limitada, porque existe una visión muy igualitarista, con cierta ceguera por las diferencias. Esta visión está sustentada por una perspectiva materialista de las cosas. Hay un desplazamiento desde el colectivo al individuo. Son valores la tecnocracia, lo pragmático, lo cuantificable, el mérito, el esfuerzo, la competitividad.
La cosmovisión posmoderna presenta un espíritu crítico que no es tan dependiente de la ciencia entendida como el conocimiento de lo empírico, va más allá porque se integra dentro de esta visión crítica la posibilidad de que exista una dimensión trascendente, espiritual. La ciencia no da la respuesta final a todas las cosas. Presentan la centralidad por la biosfera, hay otros seres vivos que deben tenerse en cuenta en el ámbito público. Asunción de que todos somos diferentes y por tanto debemos ser tratados diferentes. Respeto por los colectivos. La justicia es una equidad que debe tener en cuenta que existen diversas lenguas, culturas, identidades de género. Los valores que aparecen son la multiculturalidad, la solidaridad, el ecologismo, el relativismo que comporta unos límites nos sitúa en una quinta cosmovisión con poca significación social.
Por último, se abrió el coloquio a los asistentes que contribuyó a profundizar en el tema.