Reseña 251 Cena Hora Europea
Fotografía: Margarita Amigó
Fecha de publicación: 11 de noviembre de 2024
El Ámbito María Corral celebró el jueves 24 de octubre la 251 Cena Hora Europea, con el tema La alegría, fuente del buen humor. Abrió el acto con el saludo inicial el presidente del Ámbito, Josep Maria Forcada. La moderadora Teresa Algans aportó la definición de la alegría que, según el diccionario, es «un sentimiento de placer que nace generalmente de una viva satisfacción del alma y se manifiesta con signos exteriores, como en el rostro y en las palabras».
A continuación, dio la palabra a Ignasi Batlle, colaborador de la Universitas Albertiana, quien destacó una nueva definición del sentido del humor: «La capacidad para experimentar una reacción muy especial de la risa, consiguiendo un estado de ánimo positivo. La risa es una expresión externa de la diversión. como la forma de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas».
Añadió que la actitud de agradecimiento es uno de los canales que nos lleva a la alegría y nos ayuda a potenciar el sentido del humor, aunque haya muchas realidades de nuestra vida que nos lleven a situaciones como la desesperanza, el dolor, el sufrimiento… Para poder desarrollar la capacidad del sentido del humor es necesario aceptarnos para poder asumir nuestras circunstancias. Solo desde esta clave de aceptación seremos capaces de tener una mirada ‘cómica’ de lo que nos pasa. Pero, los miedos nos paralizan e impiden tener esa actitud de aceptación de lo que yo soy, y por tanto es un obstáculo para desarrollar el lenguaje del buen humor.
Otro aspecto es que de la misma manera que aprendemos a andar, a leer o escribir también aprendemos a utilizar el sentido del humor, por eso son necesarios referentes que nos ayuden a poder desarrollar el lenguaje del sentido del humor. Por otra parte, algunos efectos directos de este aceptarnos y ser capaces de mirar nuestra realidad con otros ojos, son la distensión de todas aquellas inquietudes que llevamos, relativizando muchas de las situaciones que vivimos. También es necesario educar el sentido del humor porque sanea nuestra salud mental y contribuye a desarrollar una relación más profunda con nosotros mismos y con nuestro entorno. El arte de la sonrisa como lenguaje no verbal contribuye a destensar y generar entornos de proximidad, confianza y sinceridad.
Acabó con esta descripción: «El humor es un medio humano a nuestra disposición para aflojar, disolver, liberar o restablecer situaciones que se han convertido en improductivas… En realidad, el humor es un mecanismo maravilloso para mantener un ambiente relajado, amistoso, abierto y solidario entre las personas. El humor es bueno cuando la risa viene del afecto, la compenetración o el cariño».
El actor Joan Pera amenizó la velada con su intervención y su tono de buen humor. Ante la pregunta de dónde proviene la alegría, hizo referencia a las palabras de Groucho Marx, que decía: «El humor es el cerebro que se ha vuelto loco», porque buscas aquellas cosas que puedan hacer gracia. El humor es sobre todo una actitud generosa ante la vida, de no tener miedo a sonreír e intentar hablar con humor ante momentos muy difíciles y dramáticos.
El humor es una sonrisa y una carcajada. La risa es un accidente. Hay gente que dice ‘me muero de risa’, ‘me duele la barriga de tanto reír’. Pero la sonrisa es una actitud afable, es el pasaporte de la paz. No puedes ir a hacer una guerra sonriendo y diciendo a la gente que le vas a tirar un tiro. La risa es una actitud de aceptación de uno mismo. Como anécdota explicó que él hacía reír contando tanto las desgracias como las cosas divertidas que nos ocurren cada día. La alegría a veces es difícil pero una sonrisa no lo es tanto.
La cordialidad, la misericordia, entender al otro y aceptarlo son actitudes que facilitan sonreír. Y no tengamos miedo. Como decía Astérix: «De lo único que debemos tener miedo es de que nos caiga el cielo en la cabeza», y podría ser que nos cayera tal y como está la situación. Pero, aun así, saldremos adelante y si puede ser con una sonrisa.
Acto seguido, la fundadora y directora de Pallapupas, Angie Rosales, como payasa hizo participar a todos los asistentes en un divertido juego de palabras y aplausos que hicieron estallar las risas. Afirmó que la risa es lo más contagiosa que hay en este mundo, aparte de los virus y las bacterias. Cuando uno siente alegría, indiscutiblemente lo contagia a los demás y esto es un antídoto para la vida. Entrar como payasos en un hospital en un contexto de adversidad, de dolor, seguramente de mucha angustia por el futuro, es algo disruptivo.
En el primer hospital que entraron como Pallapupas recibieron resistencia. Lo único que le dijo a la persona que la recibió, que era el gerente del Hospital Sant Joan de Déu, era que solo le pedía seis intervenciones y que si no funcionaba se marcharían. Después de estas seis intervenciones, vinieron mil intervenciones, cuatro mil intervenciones… No solo los niños que estaban hospitalizados lo necesitaban, sino sobre todo sus madres y sus padres. El éxito que han tenido, sin desmerecer al equipo con su metodología de intervención y el impacto constatado con las evidencias científicas, ha sido porque las personas que están en una situación difícil lo han solicitado.
Contó que entró en esta historia accidentalmente, trabajaba como payasa en una compañía de calle, y un compañero le insistió muchísimo para que se presentara en un casting que se hacía en una isla de Mallorca para ser payasa de hospital. Y a la semana la escogieron. La formación fue muy exhaustiva. Relató su experiencia personal cuando entró por primera vez como payasa en una UCI pediátrica. Y cuando vio que la pareja de payasos que había allí era capaz de hacer reír a aquel niño generando una complicidad de juego brutal, y que la madre, el padre y el hermano seguían ese juego, se quedó muy impactada, porque a ella no le habían educado para estar sonriendo o darle espacio al humor en un momento tan difícil, sino para estar muy triste o enfadada. Aunque parezca una contradicción, en la mayoría de ocasiones, frente a las adversidades, el sentido del humor cura de verdad. Incluso al final de la vida, que es la situación en la que uno menos se imagina reír o sonreír. Manifestó que ponerse una nariz roja, hacer comedia, es de las cosas más difíciles que ha hecho como actriz. Pero el humor no debe confundirse con la frivolidad, porque hay que saber escuchar lo que el otro necesita en ese momento y tener humildad.
La velada tuvo un tono festivo y finalizó con las intervenciones de los asistentes.