Por: Ramon Santacana
Profesor de la Universidad de Providence
Taiwán, mayo 2021
Foto: Pixabay
En fecha 6 de mayo del 2021, ya llevamos dieciséis meses desde que empezaron las primeras noticias de una nueva enfermedad y quince meses que la OMS declaró que se trataba de una pandemia. Hemos visto como los países unos tras otros, después de una fase de negación inicial, han ido sucumbiendo a la pandemia. En unas zonas con más virulencia que en otras, hemos visto diferentes oleadas, pocos son los países que han podido evitar devastadores efectos para la salud física, psíquica y espiritual de las personas, las relaciones familiares y sociales, la economía, el trabajo, la política, el pensamiento, etc.
Muchos países han puesto una confianza casi ciega en las vacunas para que la sociedad en conjunto salga de esta situación. Sin embargo, hay que admitir que las vacunas no son la panacea, en especial si no se distribuyen equitativamente en todo el planeta. Aunque algunos países hayan ya vacunado a la mayoría o la casi totalidad de la población, mientras siga habiendo países y regiones donde las vacunas no lleguen, y donde además las medidas de prevención sean ineficientes y los medios sanitarios insuficientes, seguirán produciéndose infecciones masivas. Un alto número de contagios conlleva nuevas mutaciones del virus, aumentando las diferentes cepas y con ello las probabilidades de que algunas sean más contagiosas, otras más letales, otras más resistentes a las vacunas, o una combinación de estos tres vectores. Será mejor no confiar en varitas mágicas que solucionen la situación sin apenas cambiar nuestros hábitos o comportamiento. El Covid requiere trabajo, planificación, tesón, autocontrol y una mejor distribución mundial de recursos sanitarios. Redistribución que requiere estructuras supranacionales con capacitaciones y funciones que distan mucho de los que tiene actualmente la OMS.
Si hacemos una ojeada al escaso número de países que han sabido evitar el embate del Covid, aparte de algunas minúsculas islas del Pacífico que cerraron todo contacto con el exterior, nos encontramos con tres países: Islandia, Nueva Zelanda y Taiwán. Los dos primeros se tratan de islas remotas y de muy poca población. Sin embargo, Taiwán, con 24 millones de personas (segundo país con más densidad de población del mundo) y en continuo contacto con China, el epicentro de la epidemia, no deja de ser un caso aparte. Taiwán tomó todas las medidas desde el momento cero. Sencillamente estaban preparados, con sanidad universal y uno de los mejores sistemas sanitario del mundo, con controles en los aeropuertos, cuarentenas, seguimiento exhaustivo de cada caso… todo menos vacunas. El resultado: solamente 1.200 casos y once fallecidos en estos quince meses. Hay que subrayar que estos resultados se han conseguido sin ningún tipo de confinamientos ni cerrar escuelas u otro tipo de centros. La vida –con mascarilla– ha seguido igual si exceptuamos la limitación de eventos multitudinarios, el paro está en mínimos y la economía en alza y acelerando (ha subido un 8,5% en el primer trimestre del 2021). La isla se ha convertido en una burbuja de bienestar de la que nadie de los afortunados desea salir.
Quizás sea Taiwán el único país que no pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de haberlo solicitado varias veces, debido a la rivalidad de China, siempre se ha visto rechazada. Taiwán ya en el momento cero, diciembre del 2019, envió un equipo de médicos a Wuhan y alertó a la OMS de la peligrosidad de la nueva enfermedad. Alerta que no fue ni bien recibida ni tomada en cuenta. Acabo de leer que en la reunión de ministros de exteriores del G7 realizadaa recientemente, se ha decidido pedir y apoyar la entrada de Taiwán en la OMS[1]. Ojalá esto fuera el primer paso para una renovación de dicho organismo.
Las cosas se pudieron haber hecho de otra manera, es cierto, pero de poco servirá lamentarnos si no trabajamos decididamente, a nivel personal, local, nacional y, sobre todo, también multinacional, para que a partir de ahora las cosas se hagan de otra manera.
[1] G7 leaders’ statement to back Taiwan’s WHO bid
https://www.taipeitimes.com/News/front/archives/2021/05/06/2003756932