Joan Romans
Físico
Foto: Margarida Amigó
Fecha: abril 2022
El jueves 17 de marzo del 2022 tuvo lugar la 239 Cena Hora Europea que trató el tema Fake News y la Postverdad. Inició el acto Josep M. Forcada, presidente del Ámbito María Corral, que daba la bienvenida a todos los participantes en la Cena y destacaba la importancia de debatir sobre el fenómeno de las fake news que tanta relevancia e influencia tienen en el mundo de hoy y de siempre.
El periodista Joan Salicrú empezó diciendo que de noticias falsas y mentiras toda la vida se han dicho y escrito. Pero ahora se hace con unos niveles de exageración que las aleja de los estándares del periodismo. La novedad está «en el nuevo contexto con las mentiras de siempre». Las actuales tecnologías digitales de comunicación han acelerado el proceso de comunicación y por tanto la capacidad de incidencia de modificar pensamientos y realidades. Es tal la rapidez, que no somos capaces de digerir este proceso y cuando recibimos un mismo input diez veces en poco tiempo tendemos a pensar que aquello debe ser verdad, y aquí comienza el problema. Los editores de las redes digitales cada vez tienen más claro que deben hacer una moderación activa porque si no circulan muchas informaciones de las que sacan rédito económico sus creadores. También son conscientes de que deben ser editores de contenido y no simples contenedores de las noticias que se publican. Hemos visto ejemplos de la influencia de las redes digitales en varios procesos electorales y de cómo han tergiversado las informaciones. «Creo –decía– que cada vez los usuarios son más conscientes de la necesidad de contrastar lo que leen en la pantalla y que se fían más de las noticias si estas aparecen en los medios tradicionales de comunicación». El ponente también remarcó que las noticias que no son claramente falsas las damos por buenas pero que a menudo son en realidad «una narrativa propia para contar el mundo, un relato que tiende a ser más emocional y emocionante, más pensado en impactar que en informar». Y «¿hasta qué punto los periodistas están pensando en satisfacer a sus lectores más que en relatar los hechos con la máxima imparcialidad?» La ética del periodista es fundamental –decía Joan Salicrú– para que haya una máxima fidelidad entre los hechos y su narración. Acabó su intervención diciendo «que debemos rehacer el contrato entre periodismo y lector en el sentido de poner o restablecer la confianza que lo que escribe es lo más verídico posible».
Acto seguido intervino la psicóloga Letícia Soberón diciendo que daría su información desde la vertiente de la psicología. Citó a la periodista Rosa M Calaf: «Nosotros creemos estar informados y estamos entretenidos». A lo largo de la historia, las noticias falsas han tenido consecuencias catastróficas tanto a nivel individual como de poblaciones. La difusión de narraciones simplistas en términos de buenos y malos, o la esmerada construcción del enemigo es un hecho que ya viene de lejos y está hecho a propósito. Pero esto «desencadena emociones incontroladas que en el mejor de los casos polarizan opiniones y en el peor suscitan violencia porque los seres humanos somos manipulables». Los humanos entendemos nuestra existencia como un relato que dé sentido a la vida. Los elementos de esta narrativa son claves: quiénes son los buenos y quiénes son los malos. La ponente siguió diciendo «que las narrativas de mayor éxito están fuertemente ligadas a las emociones y de ahí puede surgir un peligro cuando estas narraciones son simplistas. Todos tenemos una perspectiva limitada y puntos ciegos porque estamos condicionados por nuestra cultura y debemos evitar sacar conclusiones precipitadas de noticias falsas». Citó algunas ideas del libro Pensar rápido, pensar poco a poco del psicólogo Daniel Kahneman: «Sobrevaloramos las muestras pequeñas; rechazamos una idea si se nos presenta de forma poco atractiva; idealizamos o demonizamos a las personas sin hacer matices; asociamos como causa y efecto hechos que simplemente coinciden en el tiempo; nos rodeamos de personas que confirmen nuestro punto de vista». Explicó que el ecosistema mediático informativo lo amplifica todo y que los algoritmos de los sistemas informáticos hacen que recibamos noticias que encajan con nuestra ideología, gustos o preferencias. Ante todo esto, ¿qué debemos hacer? –se preguntaba Leticia Soberón–. «Creo que cada vez tendrán más valor las fuentes, y que nos hagan ver las razones y sinrazones de unos y otros. Cuanto más coral sea nuestra fuente de información, más fácil será ignorar o rechazar los motivos de otros grupos. Tengamos una antena para detectar cuando una noticia nos despierta emociones básicas como ira, resentimiento, miedo o prejuicios. Por último sugiero acercarnos al debate abierto desde distintos puntos de vista».
La última intervención fue a cargo de Alba Tobella, codirectora de Verificat que empezó diciendo que «la desinformación, que es el fenómeno que la entidad Verificat combate, presenta muchas formas y puede ser cualquier noticia que circula por Internet, que es la palabra clave cuando se habla de fake news». Cada vez más, los grandes editores de periódicos hacen revisión interna de las informaciones que ellos mismos editan. A principios de este siglo empezaron a aparecer plataformas que se dedicaban a verificar los discursos de los políticos que eran, en aquellos momentos, los primeros que tenían poder de difundir información que tuviera impacto. Vemos cada vez más como los poderes y los partidos políticos intervienen en las redes sociales para difundir su ideología. Más tarde apareció una entidad para verificar los verificadores de las informaciones. Alba Tobella siguió diciendo que «durante la época fuerte de la pandemia y ahora con la guerra de Ucrania han verificado miles de informaciones que se difunden por la red y que muchas son falsas». Su trabajo consiste en desmentirlas constantemente. «Actualmente desinformar es muy fácil porque basta con hacerlo desde el sofá de casa, –decía la ponente– para difundir falsedades o noticias inventadas que siempre encontrarán eco y redifusión. La desinformación se utiliza mucho para fomentar el discurso de odio y claramente todo este fenómeno es una amenaza para la democracia e incluso para el derecho a la información que a veces está amenazado». Finalmente resaltó que la plataforma Verificat tiene programas de educación para jóvenes para que aprendan a reconocer las mentiras que circulan por Internet, y también para personas mayores que pueden ser más vulnerables a este fenómeno.
El coloquio permitió conocer aún más las fake news que producen desinformación. Además, se destacó la importancia del sentido ético en la información.