La soledad no querida ni deseada es, probablemente, uno de los mayores problemas psicológicos de la sociedad. Además, estamos rodeados de muchos ruidos externos que van ocupando nuestra mente hasta quedar casi saturados. Y llevamos un ritmo acelerado que no permite gozar de la serenidad necesaria para darnos cuenta de todo lo que vivimos.
La propuesta de la Cena Hora Europea es tratar de la soledad querida y deseada que necesita el silencio para poder escuchar la palabra. Soledad y silencio como ejes que orientan el camino del ser humano para alcanzar un crecimiento personal hacia una adultez harmónica, para sentirse bien. Estos ejes permiten descubrir el propio yo y conocer pensamientos, sentimientos, emociones, límites… De esta manera ir construyendo la propia personalidad, el crecimiento interior, obtener conocimiento de las personas más cercanas y poder establecer nuevas relaciones humanas. Es decir, conocer y asumir el propio envoltorio y todo lo que hay en nuestro entorno.
Vivir en soledad y silencio, en medio del ruido externo, pide un cambio de mentalidad y una pausa. Normalmente gusta llevar un ritmo acelerado hasta que se rompe por una causa inesperada: el estrés, la enfermedad, pérdida de trabajo, etc. Es en ese momento cuando vienen los miedos de lo que se hará durante ese tiempo, que por algunos es considerado una carga y por otros como un regalo.
La soledad y el silencio queridos, que no supongan una huida o un aislamiento, ni ningún tipo de refugio extraño, ni soberbia, piden una actitud muy atenta y receptiva para escuchar el latido del corazón y hacer una mirada más profunda dentro de la propia interioridad para hacerse preguntas, tan simples y complejas, a la vez, como: ¿Quién soy yo? ¿Por qué me ha tocado a mí? ¿Cuál es mi sentido de la vida? ¿Tiene sentido creer? ¿Cómo puedo ser feliz?… Son preguntas que nos sacuden y piden fortaleza para encontrar una respuesta. No todo el mundo está dispuesto a correr el riesgo porque es aquí cuando topas con tu ser y te das cuenta de la fragilidad humana.
Ya en el siglo IV antes de Cristo, el filósofo Sócrates invitaba a hacerse preguntas y a explorarnos, porque solo desde esa capacidad podemos hacer un autoconocimiento más auténtico. A la vez posibilita el conocimiento del otro, de los otros e, incluso, del Misterio. San Agustín, en el siglo IV después de Cristo, consideraba fundamental la interiorización para llegar a la verdad y apartarse del bullicio para entrar en el interior de uno mismo y buscar respuestas. Son muchos los pensadores que han dejado huella de su experiencia.
Pedimos a los ponentes que reflexionen sobre la soledad y el silencio que no tiene que ser vacío, sino un recogimiento para adentrarnos en el laberinto de nuestra interioridad que permita gozar del ser. Soledad y silencio que ayuden a ser más transparente y, a la vez, más trascendente. Experiencia auténtica y profunda para salir hacia los otros y beneficiar la sociedad ante tantas situaciones diversas y complejas.
Assumpta Sendra i Mestre
Ponentes:
Javier Bustamante i Enriquez, Poeta
Daniel Gabarró, Sherpa y humanista
Josep Otón, Profesor en el ISCREB y escritor
Gemma Téllez i Bernad, Presidenta de la Casa de l’Ésser
Moderadora:
Assumpta Sendra i Mestre, Doctora en Ciencias de la Comunicación y Humanidades