Por: Rocío Muñoz
Àmbit Maria Corral
Barcelona, octubre 2019
Foto: Assumpta Sendra
El martes 1 de octubre el Àmbit Maria Corral organizó el Seminario «La Sociedad Digital» a cargo de Genís Roca. Su aportación, como arqueólogo, nos permitió ir a los orígenes de donde venimos y, como experto de las nuevas tecnologies, analizó donde estamos y dibujó la dirección de hacia donde vamos. Y con el apoyo de varias imágenes, habló de la presencia e influencia de las nuevas tecnologías y las redes en la sociedad y nuestro día a día:
«La Sociedad Digital es una transición histórica en la Historia de los humanos. Si esto es cierto, nos ayudaría a entender el caos, la incertidumbre y la intemperie en que vivimos.» Esta transición durará cien años, como mínimo, y sería la más rápida. Para argumentar esta afirmación, empezó haciendo un recorrido vital desde el nacimiento de su padre (en los años treinta) –economía agrícola, de subsistencia–, su nacimiento (en los años sesenta) –modelo de economía artesanal– hasta lo que él ha vivido: el cambio de una economía artesanal a una economía industrial. La revolución industrial ocupó doscientos años mínimo. Hasta ahora, la sociedad digital, que acaba de empezar y dónde todavía está todo para hacer y decidir.
«No hay revolución tecnológica sin un movimiento social. La historia de los humanos está caracterizada por transiciones marcadas por una tecnología que modifica la sociedad. La tecnología es una solución que encuentras para adaptarte mejor al entorno.»
Actualmente, lo que hay es una tecnología que modifica nuestra relación con la información. Esto pide un nuevo contrato social y nosotros no somos víctimas de esta tecnología porque lo hemos abrazado como solución para resolver un problema que teníamos con la información.
También hizo un repaso de Internet desde el año 1995, cuando en la mayoría de países europeos un particular podía contratarlo en casa, era complicado conectarse y los contenidos que podías consultar eran generados por organizaciones. Pasando por el 2005, en que se empieza a hablar de la web 2.0 para explicar que se iniciava una generación de soluciones que permitía que un ciudadano, sin conocimientos técnicos y sin presupuesto, pudiera publicar contenidos en Internet. Hasta el 2015, en que aparece una tercera fuente de información: datos generados por objetos, sensores. «Internet es un flujo constante de información disponible.» En la medida que cambia la naturaleza de la información disponible, cambia la manera de resolver los problemas.
Otra evolución es con qué dispositivo accedemos. En la primera oleada la interfaz era web, ordenador de sobremesa con una pantalla grande, esto quiere decir un tipo de uso reflexivo; en la segunda oleada, se utiliza el móvil, las cosas se vuelven mucho más inmediatas, queremos inmediatez de respuesta; y el tercer dispositivo es el sensor, se está más tranquilo gestionando el dato que la opinión.
En cuanto a los negocios, en la primera oleada la información era corporativa, los ciudadanos solo navegaban y los negocios «eficientaron» las operaciones. En la segunda oleada se vieron obligados a ordenar el «mostrador»: fruto del hecho que la gente puede opinar e intervenir, tuvieron que pensar el marketing, la publicidad, la venda… Y ahora, con el sensor, el reto es: ¿Qué es capaz de hacer en tiempo real? Esto es lo que los negocios llaman transformación digital.
También habló del reto que tienen las empresas con el umbral del uso de la información: si una empresa no utiliza la información que sabes que tendría que utilizar, decepciona, o cuando utiliza demasiada información, asusta. En un mundo donde la gente hace cosas por nosotros con base de datos, el reto será la confianza.
Afirmó que: «En ciertas patologías es mejor que el dato genere el proceso, y que la estrategia sean servicios proactivos personalizados basados en datos en tiempos reales. Esta lógica de poder tener datos y a partir de estos, diseñar una propuesta personalizada, lo está transformando todo». Comentó que hay tres modelos de gestionar los datos por el bien de todos: los gestionan el Estado (modelo asiático), los gestionan las empresas (modelo americano) y los gestionan los ciudadanos (modelo que parece que queremos los europeos pero no somos capaces de ejecutarlo).
También habló de las Fake news, detrás de las cuales hay la amenaza de la censura, y el antídoto contra estas no es detectar qué es cierto y qué es falso, sino averiguar porque se publican, no evitar que se publiquen. «El problema es como regularemos los mecanismos de control de usos y abusos.»
«¿Los ciudadanos tienen el derecho de publicar ciertas cosas?» Ejemplificó la respuesta con varios casos reales en qué ciudadanos han utilizado la tecnología para publicar o denunciar ciertas situaciones. También ejemplificó como empresas y partidos políticos utilizan diferentes plataformas para acceder a nuestros datos y utilizarlas para conseguir beneficio.
Constató que: «Gracias a esta tecnología podremos diseñar otra sociedad. No es la primera vez en la Historia que sucede y hay factores que fuerzan este prediseño. Además, los grupos humanos, que cada vez son más grandes, necesitan mecanismos de organización. Pero tenemos que participar de este diseño. A veces hay presiones sociales que ya empiezan a conseguir cosas, aunque no estén organizadas, vertebrades». Finalizó con la afirmación: «Cuanto más fragmentados estemos, más débiles estamos.»
A lo largo de toda la sesión, los asistentes participaron activamente haciendo interesantes intervenciones y preguntas.