Por: Assumpta Sendra i Mestre
Professora i periodista
Barcelona, febrer 2020
Foto: Assumpta Sendra
«Haz como el sol que nace cada día, sin acordarte de la noche que pasó. Solo contempla la meta que no es tan difícil de conseguir. No te pares en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.» Releer estas sabias palabras del pensamiento de Gandhi anima a asumir cualquier situación cotidiana que toque vivir. Del mismo modo que el sol sale cada día también la persona despierta cada día a una nueva jornada. Desde esta nueva mirada, invita a avanzar en lo bueno que se ha de hacer y se puede hacer.
La pregunta es: ¿Y qué puedo hacer de bueno? ¡Hay tantísimo a hacer! A menudo pensamos que tenemos que cambiar el mundo y no es necesario llegar tan lejos, pero si es necesario tener una mirada atenta para darse cuenta de la realidad del entorno. También el mismo Gandhi dice: «Humildemente me esforzaré en amar, decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no me sea necesario, en ganarme el sueldo con el trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, en no tener nunca miedo, en respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos». Esta es una gran lección de vida que pide revisar las propias actitudes, como la humildad, honestidad, generosidad, justicia, respeto, igualdad… dispuestos a amar para valorar y reconocer de forma adecuada al otro.
Todo lo bueno que hacemos requiere un esfuerzo porque a veces es ir a contracorriente de la manera de hacer de la mayoría, ya que la persona solo mira por sus beneficios y se cierra en si mismo sin percibir lo que sucede. También Gandhi dice que: «Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.» Sabemos que cualquier gesto solidario pide una disposición. Y, en la actualidad, disponer de tiempo es la gran dificultad. Además, el tiempo, como la misma vida, son considerados como uno de los valores más preciados ante el ritmo acelerado que se vive.
Cada 30 de enero, en recuerdo del aniversario de la muerte de Gandhi, se celebra el Día Escolar de la No-violencia y la Paz con el deseo de llevar a la práctica su mensaje básico: «Amor universal, No-violencia y Paz. El Amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra». Palabras que resuenan con fuerza y que reclaman una cultura de la no violencia y de la paz. La Educación es el gran medio que posibilita hacer este trabajo en las escuelas y desde pequeños hay que familiarizarse en estos conceptos que parecen abstractos, pero tienen un profundo contenido tanto teórico como práctico.
Poner en práctica la filosofía de Gandhi puede beneficiar algunas de las realidades complicadas, conflictos parecen no tener solución, obstáculos que perjudican la convivencia… Ante el escenario de la vida y de la sociedad, tenemos la certeza de que cualquier persona desea ser feliz. Gandhi dice que la felicidad consiste «en poner de acuerdo tus pensamientos, tus palabras y tus hechos.» Por lo tanto, hace un gran reclamo a la coherencia humana tan necesaria para vivir y convivir.
A menudo parece complicado llevar a cabo acciones humanas y se deja para el día siguiente, pero Gandhi nosrecuerda: «Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre». Es una actitud tan humana y realista que si realmente se lleva a la práctica comportaría cambios significativos.
El año pasado, en 2019, celebrábamos los 150 años de nacimiento de Gandhi y se daba relevancia a su legado, y recientemente se ha recordado el 72º aniversario de su muerte. Pasan los años y lo más sorprendente es que sus palabras son vigentes y podemos ponerlas en práctica hoy y ahora.