Por Anna-bel Carbonell Rios
Educadora
Barcelona, marzo 2015
Foto: Creative Commons
«If you truly believe you could work full-time and support a family on less than $15,000 a year-go try it» 1
Los sistemas de protección social, por definición, deben poder permitir, el afrontar situaciones de precariedad como el paro, el estado de salud de las personas, la discapacidad, la educación básica, la situación familiar… entre otras. Estos sistemas conforman lo que denominamos, Estado de Bienestar, que durante bastante tiempo, ha sido una característica diferenciadora y favorable de los países de la vieja Europa. Sin embargo, resulta evidente que la aparición de la crisis lo ha cuestionado todo, al presentar profundos cambios en la estructura demográfica, laboral y social, que aconsejan una seria revisión.
La UE estableció para el año 2020 cinco objetivos ambiciosos en materia de ocupación, innovación, educación, integración social y clima/energía:
- Garantizar la ocupación en un 75% de las personas de entre 20 y 64 años.
- Invertir el 3% del PIB de la UE en investigación y desarrollo.
- Situar las emisiones de gases de efecto invernadero un 20% por debajo de los niveles de 1990, generar el 20% de las necesidades energéticas a partir de fuentes renovables y aumentar la eficiencia energética en un 20%.
- Reducir la tasa de abandono escolar por debajo del 10% y conseguir que al menos un 40% de las personas de entre 30 a 40 años haya acabado sus estudios superiores.
- Reducir por lo menos en veinte millones el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social.
Es esta Estrategia Europa 2020 la que sitúa la exclusión social –puntos 1, 4 y 5– en el centro de todos los esfuerzos para garantizar un crecimiento integrador. Pasados los primeros cinco años desde el establecimiento de estos objetivos, se impone una primera revisión. El informe de Cáritas, Europe 2020 Shadow Report, hace hincapié en el no cumplimiento generalizado de los objetivos y más especialmente todavía, sobresalen por su empeoramiento, los conocidos como Objetivos de la Estrategia Social.
La crisis que ha afectado al mundo en los últimos años parece tener la mayor parte de culpa, puesto que ha impedido la aplicación de los planes previstos. Como consecuencia de la crisis se han tenido que reducir gastos y además, casualmente, las principales partidas afectadas, en el caso de España y de Cataluña, han sido las de educación, servicios sociales y salud. Algo que resulta cuanto menos, contradictorio con los objetivos de la UE.
Además, la pérdida de puestos de trabajo, el empeoramiento de las condiciones salariales y de trabajo, como consecuencia de la crisis económica, han hecho que las necesidades sociales se incrementaran de manera exponencial, sin que hubiera suficiente capacidad para darles cobertura, y generando, por lo tanto, un nuevo tipo de pobreza coyuntural, derivada de la precariedad laboral, los salarios mínimos, los contratos temporales y toda clase de nuevas vulnerabilidades de los colectivos que hasta ahora tenían situaciones normalizadas…
Este hecho se da en toda la UE; en el Reino Unido, por ejemplo, 6,7 millones de familias con empleo viven bajo el umbral de la pobreza, frente a otros 6,3 millones de familias que están sin trabajo o jubiladas2 . Y por poner un ejemplo de nuestro propio país, la encuesta sobre condiciones de vida, de 2013, estableció que 1.463.100 catalanes, se hallaban en riesgo de situación de pobreza, es decir, no disponían de los recursos monetarios suficientes para mantener un nivel de vida equiparable al de sus conciudadanos. La tasa de riesgo de pobreza en Cataluña es del 19,8%
El informe de Cáritas Europa, además, constata que la calidad de algunos servicios sociales se ve afectada por los criterios seguidos en la subcontratación a proveedores, que en muchas ocasiones, se han originado a partir de un criterio exclusivamente basado en los costes; hecho que, por lo tanto, incide de manera directa en la cuestión acerca del tipo de valoración que hay que hacer de los agentes sociales: ¿tienen que resultar por un coste mínimo y se tienen que valorar exclusivamente por este coste o quizás, y en una visión más a largo plazo, no deberían ser valorados por sus resultados y eficacia?
La concienciación sobre que los recursos económicos no son ilimitados y menos aún en tiempo de crisis, no debe hacer que dejemos de interrogarnos sobre esta cuestión, puesto que al fin y al cabo la utilización adecuada de las políticas de integración social tiene que permitir la incorporación de los colectivos más desfavorecidos al mundo laboral y hacer que ellos también puedan contribuir en la generación de recursos que puedan continuar estas políticas. Garantizar una buena educación a todos los niños y jóvenes, una correcta alimentación, una sanidad pública para todo el mundo y un sentimiento individual y colectivo de que todos somos bien recibidos en este mundo y que tenemos la oportunidad de descubrir nuestro lugar.
En el fondo todo es como una rueda, que a estas alturas no acaba de cumplirse. El ritmo de la recuperación social es más lento que el de la recuperación económica; y de esto, a estas alturas, ya estamos muy seguros. Recuperar a las personas, recuperar los sueños rotos, las vidas truncadas, va más allá de unos objetivos y de su revisión. La malnutrición, la multi-pobreza, la educación, la salud, la vivienda digna, un trabajo en condiciones, el juego infantil, la familia que un niño necesita, la seguridad del adolescente o la visión de futuro del joven y la calidad de vida del anciano no pueden esperar, porque su existencia es ahora.
1. «Si verdaderamente creen que se puede trabajar todo el día y mantener una familia con menos de 15.000 USD, adelante inténtenlo». Barack Obama en el Congreso (20-1-2015).
2. Joseph Rowntree Foundation. «Monitoring poverty and social exclusión 2013».