Reseña de la Cena Hora Europea 249
Foto: Margarita Amigó
Fecha de publicación: 15 de abril de 2024
El jueves 21 de març de 2024 se celebró la 249 Cena Hora Europea, para tratar sobre El cuerpo, un microcosmos de la sociedad. La piel, un envoltorio humano. Dio la bienvenida el presidente del Ámbito Maria Corral, Josep Maria Forcada, y presentó a la moderadora, Assumpció Rodà, que situó el tema y acto seguido presentó a los ponentes.
Inició su exposición el doctor en Antropología e Historia de las Religiones, Alain Blomart, diciendo que el ser humano es el único animal que utiliza su cuerpo para transmitir un mensaje social. El cuerpo se ha utilizado como una cosmovisión de la vida, un relato. En las sociedades tradicionales era un medio para expresar la pertenencia al grupo, tenía un sentido colectivo, pero en las sociedades occidentales contemporáneas es un medio de expresión personal. La palabra tatuaje viene de tatao, que provenía de la isla de Tahití, que fue descubierta por James Cook en el siglo XVIII. La etimología de la palabra indica que el tatuaje tiene un sentido espiritual y social, que sirve para conectar a los humanos con los dioses.
A partir de aquí hizo un exhaustivo y amplio repaso histórico de los tatuajes. Los primeros tatuajes atestiguados tienen más de 5.000 años. La momia descubierta en los Alpes, entre Italia y Austria, el hombre del hielo, presentaba tatuajes. Los expertos creen que tenían una función terapéutica y mágica, de protección contra los espíritus maléficos. En Egipto, a partir de unos 3.000 años a.C., ya se encuentran momias con muchos tatuajes, incluso con piercings. En el sur de Francia y en el sur España, se han encontrado restos de tatuajes faciales de alrededor de 2.500-3.000 años a.C.
Dando un salto en la historia, se sabe por los escritos del general Julio César que, concretamente en Bretaña, los habitantes tenían tatuajes en el cuerpo. Encontramos textos en Japón, del siglo VI-VII, que clasifican los tatuajes en dos categorías, tatuajes prestigiosos para personas ilustres, como los nobles, héroes, y por otro lado tatuajes vulgares para delincuentes y criminales. En la Edad Media, el judaísmo y el cristianismo prohibieron los tatuajes, quizás porque consideraban que el cuerpo era obra de Dios y por tanto no se podía tocar ni modificar. Citó el libro Pureza y peligro de la antropóloga Mary Douglas, que fue la primera en analizar la forma en que el cuerpo sirve de reflejo de la sociedad, el cuerpo es un microcosmos. A principios del siglo XX en Occidente, los pocos que se realizaban tatuajes eran marineros. Un tatuaje habitual era el crucifijo sobre la espalda, para evitar los castigos, según una tradición. A partir de los años setenta, en plena época hippy y de libertad, comienza un proceso de legitimación progresiva de los tatuajes. Los sociólogos hablan de un nuevo renacimiento de los tatuajes. Su éxito proviene actualmente de la importancia del individuo, de la imagen. La piel se ha transformado en una pantalla, en la que cualquier persona puede proyectar una identidad deseada, soñada.
A continuación, Martí Algans, restaurador de cocina y amante de los tatuajes, habló a partir de su propia experiencia diciendo que actualmente el tatuaje es más una expresión artística, pero que no necesariamente debes mostrarlos a los demás. Piensa que es un error que sea moda. La vida es un recorrido largo para inmortalizar un gran momento en un tatuaje y para ir haciéndolo sucesivamente, por eso cuando uno quiere hacerse un tatuaje es importante primero pensar qué, cómo y sobre todo con quién.
Hizo referencia a los jóvenes que con dieciséis años ya piensan en tatuarse, por ejemplo, todo un brazo, cree que es necesaria la autorización de los padres y debería marcarse una edad límite para hacerse un tatuaje. Propuso a partir de los veintiún años. Es un mundo que está muy efervescente en la sociedad en estos momentos, pero que va a pasar, que está creando una necesidad estética, o bien para poder entrar en determinados grupos sociales. El tatuaje es de por vida, por eso antes de hacerse uno hay que pensarlo y conocer bien este mundo.
Como forma de expresión artística hay distintos tipos, está el tatuaje realista, el japonés, etc. El tatuaje no es solo lo que significa sino en qué momento de la vida y porqué uno se lo hace. El pasado no deja de ser la carretera que nos lleva a donde estamos hoy. Recalcó que cuando uno se hace un tatuaje, de inscribirse en la piel algo permanente, irreversible, es importante saber qué se está haciendo, cómo y con quién. Siempre hay prejuicios al respecto, dado que en los últimos cien años las personas que se hacían tatuajes eran colectivos más marginales. Socialmente, según en qué ámbitos laborales, en qué colectivos, el tatuaje no está bien visto. Por otra parte, encontramos que se realizan exposiciones de tatuajes, cursos o formaciones. También encontramos el turismo de tatuaje. Pero es un tema que no es fácil de entender. Hay que tener muy presente que el tatuaje es una modificación que se hace en la piel para siempre.
Después, el neurólogo y neurofisiólogo clínico, Jordi Montero, autor del libro A flor de piel, se centró en el mundo actual de la neurociencia y su relación con la piel, ya que están íntimamente ligadas. La piel es el mayor órgano, el que tiene mayor superficie y volumen. Proviene del ectodermo, es la capa que da lugar al sistema nervioso. Tenemos más neuronas fuera del cráneo que dentro del mismo. Todo el cuerpo está lleno de neuronas, somos unos animales fundamentalmente neuronales. La piel es el gran órgano de relación del cuerpo con el medio. Actualmente, cada vez más, desde el punto de vista científico, la biología carece de sentido si no se mira con unos ojos evolutivos. El evolucionismo darwiniano no es ya una teoría, es una verdadera ciencia.
Cuando existen cambios en nuestra función corporal, la piel expresa las emociones. Uno de los aspectos importantes en la expresión de las emociones en los animales es a través del tacto, que es el inicio de la relación social. De hecho, nosotros, en la base de los pelos, tenemos nueve millones, disponemos de unos receptores específicos para un tacto muy especial que es el de las caricias. El contacto de piel con piel entre humanos forma parte del juego social.
La cultura ha traído una nueva expresión de las emociones, que es más cognitiva. Se ha trasladado el simbolismo al tatuaje, que aparece en el humano hace unos doscientos mil años, cuando los primeros Sapiens empezaron el lenguaje, la cultura que construye cerebro. Desde un punto de vista neurológico, se puede distinguir cada sensación en qué área del cerebro llega. Cuando hacemos una caricia va a las áreas de las emociones, al sistema límbico. El contacto físico ha tenido fronteras dependiendo de la cultura y ha generado mucha problemática emocional. Para concluir, dijo que la piel no es simplemente protectora, es una parte del sistema nervioso, es un órgano vivo, extraordinariamente activo de entrada y de salida.
Finalmente, se abrió el diálogo a los asistentes a la Cena, que fue muy participativo y permitió seguir profundizando en el tema.