Por Alina J. Bello Dotel
Colaboradora del Ámbito María Corral
Santo Domingo, R. Dominicana, febrero 2012
Foto: A. Sañudo
Recién inaugurado un nuevo año, muchos tenemos esperanzas y propósitos de vivir una mejor vida, tanto a nivel material como espiritual. No en vano nos esforzamos durante todo el año pasado para mantenernos a flote en medio de las precariedades de la crisis financiera que afecta, en gradaciones variadas a Europa, América, Asia, África y Oceanía.
Este año 2012, esperamos que nuestros esfuerzos y los de los gobiernos que rigen los cinco continentes nos lleven a ser más austeros en lo que al gasto público se refiere. Que cesen los gastos superfluos de las administraciones y que aumente el gasto social en nuestros países, ya que es el único gasto que revierte beneficios a la sociedad.
Queremos que se invierta más en las personas y su capacitación para ganarse la vida de manera independiente y digna. Así como también deseamos que se destinen de manera especial, recursos en aquellos renglones orientados al cuidado de las personas mayores, porque con ellos, que en su momento sostuvieron con su trabajo la sociedad, tenemos una deuda moral, de la que no podemos ahora hacernos los desentendidos, so pena de estar sentando las bases del incumplimiento del pacto social con los jubilados, que en su momento también nos tocará a nosotros.
De alguna manera aspiramos ver cumplido el sueño de equidad social en nuestros países, ya que garantiza la Paz que tanto necesitamos. No es posible construir una convivencia social duradera desde los actuales niveles de injusticia e inequidad en que vivimos, donde aproximadamente el 20% de los habitantes de nuestro mundo, percibe ingresos mayores per capita que el 80 % de los ciudadanos que habitamos el planeta.
Ansiamos que no se cierren ni se disminuyan los programas de apoyo a la educación, a la salud, a la infancia y a la mujer, ya que la ausencia de apoyo a estos sectores repercute en la inestabilidad del tejido social y en el aumento de la criminalidad en la sociedad.
En este año 2012, deseamos que todos seamos más tolerantes frente a las diferencias, ya que ellas son las que dan color a nuestra existencia y a nuestra inteligencia. ¿Dónde estaría la ciencia si todo fuera homogéneo? ¿Qué estudiaríamos si los fenómenos humanos no aportaran diversidad de enfoques? ¿Cómo viviríamos en un planeta de clones de nuestras propias personas, ideas y raza?
Como síntesis de nuestros deseos, ansiamos de manera profunda, que la humanidad se encamine por los senderos de una nueva economía, fundamentada en la solidaridad y en la Paz. Donde el mayor bien sea la persona y su promoción, donde las ganancias más apetecidas de los inversionistas sean ser felices y producir felicidad, y donde el bien común y la estabilidad social marquen el norte de los que aspiran a dirigir el Estado y no sus apetencias personales.
Todo esto deseamos para este 2012.