Por Leticia Soberón Mainero
Psicóloga y responsable de contenidos de Dontknow
Madrid, noviembre 2013
Foto: http://cort.as/7Rx-
Ya Sócrates dejó clara una cosa que los educadores comprueban cada día: la pregunta es el primer paso hacia el conocimiento. De poco sirve enseñar cosas a personas que no se han preguntado nada sobre un tema: pronto las olvidarán. En cambio, si se les consigue suscitar interrogantes llenos de interés, desearán conocer las respuestas, el conocimiento conseguido quedará más bien fijado, querrán ampliarlo por sí mismas, se habrá estimulado su deseo de saber más.
Hay muchos tipos de preguntas, como hay muchos tipos de lentes para ver mejor. Las preguntas de corto alcance apuntan a actividades inmediatas y de relativa importancia. Hay preguntas más profundas porque quieren explicar fenómenos más complejos, y hay preguntas que, como los grandes telescopios que escrutan el universo, se cuestionan sobre el sentido general de las cosas y apuntan a respuestas de gran importancia.
El interrogante hace crecer
Tanto en el mundo educativo como en el familiar o el empresarial no se tiene que menospreciar ninguna pregunta, pero es bueno aprender a preguntar y a preguntarse sobre las cosas y sobre uno mismo. La ciencia crece a base de cuestiones que, de una respuesta a otra, continúan ampliando el arco del conocimiento compartido. Se requieren, pues, preguntas oportunas y pertinentes.
En los grupos de trabajo también hay necesidad de buenas preguntas. Dicen los estudiosos de la empresa que un líder puede mejorar los resultados y la satisfacción de su equipo planteándole buenas preguntas y no dándole respuestas siempre.
Aquí algunos ejemplos:
1. Para aclarar un tema complicado: «¿Me podrías explicar mejor la situación?»
2. Para elevar la calidad de la relación: En lugar de «¿Alcanzaste los objetivos de tu puesto de trabajo?», podemos preguntar: «¿Cómo va el tema que llevas entre manos?»
3. Para incrementar el pensamiento analítico y crítico: «Según tú, ¿qué consecuencias puede tener seguir por este camino?»
4. Para inspirar la reflexión y ver aspectos nuevos de las cosas: «¿Por qué piensas que esta solución ha funcionado?»
5. Para estimular el pensamiento creativo: «¿Podemos hacer esto de otra forma?»
6. Para remover las rutinas: «¿Crees que se perderá alguna cosa si compartes la responsabilidad de este proceso?»
7. Para favorecer la apropiación de las soluciones: «Según tu experiencia, ¿qué sugieres que hagamos ahora?»
La pregunta en el entorno digital
Hay muchos lugares de preguntas y respuestas, como Yahoo Answers o Quora, y lugares temáticos como Fórum Enfemenino, que resuelven dudas concretas de salud, ciencia, familia, embarazo…
Los estudios sobre lo que la gente busca y pregunta por Internet describen de una forma muy sugestiva los intereses de millones de usuarios. Además de las preguntas sobre actrices, futbolistas, farándula variada o actualidad del momento, y de la búsqueda de lugares pornográficos, curiosamente, un frecuente tipo de pregunta es la de las personas que están interesadas en saber si determinadas actitudes son normales, y si son buenas o malas. A millones de usuarios les importa sentirse dentro del estándar y saber si a otros también les pasa lo que les pasa a ellos. Además de la «normalidad», desearían poder calificar de bueno o malo lo que hacen o les sucede. En el fondo de estas preguntas hay el interrogante ético.
También son habituales las preguntas que buscan información, sobretodo de tipo comparativo: diferencias, ventajas y desventajas de las cosas, productos o soluciones.
Las preguntas de conocimiento: causas, efectos y consecuencias. El por qué de una situación, además de las posibles consecuencias positivas o negativas de un tratamiento o de una decisión concreta, es otra de las búsquedas más frecuentes de los usuarios y es habitual en los fórums.
Pero es difícil garantizar la calidad de las respuestas que se obtienen. No siempre hay la seguridad de que quien responde tenga auténtico conocimiento sobre el tema, y orientarse en el lío de Internet requiere una importante actitud crítica.
De aquí el valor que desea ofrecer dontknow.net, donde no hay preguntas al aire, sino interrogantes que apuntan a la decisión: casi siete mil, sobre los que puedo hacer o no hacer, pensar o no pensar en distintos temas importantes de la vida. Las respuestas de auténticos expertos y expertas, y las experiencias de personas compartidas en red, no pretenden decidir por nadie. Se ofrecen de forma abierta, sin inclinar la balanza a favor o en contra, de forma que las personas puedan escoger con más información y libremente.
Publicado en la Revista RE